Los procedimientos quirúrgicos oncológicos, gracias a la aplicación de los últimos avances tecnológicos médicos mundiales, son cada vez más seguros para el paciente y posibles de realizar, con intención de curación, incluso en los procesos proliferativos más avanzados. Los dispositivos de radioterapia (radioterapia) se están desarrollando con la vista puesta en una precisión de trabajo cada vez mayor, que permita un tratamiento selectivo, centrado en la lesión tumoral, con una carga mínima para los órganos críticos de las proximidades. La adición al tratamiento oncológico de fármacos de otros grupos, también nuevos y sucesivamente modificados y mejorados sobre la base de la experiencia previa con pacientes, permite prevenir mejor los efectos secundarios del tratamiento oncológico, que es una carga.
En oncología, para garantizar la máxima eficacia posible del tratamiento, los siguientes pasos de la terapia deben planificarse meticulosamente. Los equipos multidisciplinares incluyen oncólogos clínicos, cirujanos y cirujanos oncológicos, radioterapeutas, psicólogos clínicos de apoyo y otros médicos, especialistas en enfermedades internas y de otro tipo. Todo ello para que la combinación de métodos invasivo-quirúrgicos con radioterapia, quimioterapia y otros, según el tipo de cáncer y su estadio, permita tomar las mejores decisiones terapéuticas y garantice el mejor resultado posible, con un mínimo de efectos secundarios.
Tratamiento con agentes citostáticos
El principio general de acción de los citostáticos es interferir en el ciclo celular y provocar la muerte de una célula que se divide dinámicamente o inhibir su posterior mutación, desarrollo y posteriores divisiones incontroladas. La eficacia del tratamiento citostático depende de muchos factores. Como en cualquier otra enfermedad, la rapidez con la que se aplica la terapia es extremadamente importante. El grado de destrucción de la población de células tumorales durante cada infusión suces iva del fármaco y la sensibilidad de la célula tumoral al citostático son otros elementos que afectan a la eficacia de la terapia. Normalmente, para garantizar una mayor respuesta, durante la quimioterapia sistémica se utilizan los denominados regímenes de tratamiento, es decir, la administración conjunta de varios fármacos (de dos a cuatro) en combinación. Estos fármacos suelen proceder de diferentes grupos quimioterapéuticos y se seleccionan en función del tipo de tumor, su localización y los tratamientos anteriores. Tienen diferentes puntos de entrada y, por tanto, actúan de forma sinérgica -bloqueándolos- sobre distintos mecanismos para asegurar la inmortalidad de la célula cancerosa. Por un lado, esto aumenta la eficacia y las posibilidades de éxito de la terapia; por otro, crea la posibilidad de un espectro más amplio de efectos secundarios.
Quimioterapia
La quimioterapia para la mayoría de los tumores sólidos no se utiliza como tratamiento independiente (a diferencia de los cánceres hematológicos, por ejemplo la leucemia en niños). Lo más frecuente es que el tratamiento oncológico se combine, adecuadamente planificado, con métodos quirúrgicos, radioterapia y hormonoterapia.
La quimioterapia puede preceder al tratamiento quirúrgico, como quimioterapia neoadyuvante o de inducción. Su principal objetivo es reducir la masa tumoral y preparar al paciente para un tratamiento local eficaz y radical - cirugía o radioterapia, con intención radical.
Complementaria al tratamiento quirúrgico o a la radioterapia local es la quimioterapia adyuvante, para la que se cualifica a las pacientes en la segunda o posterior fase del tratamiento. El objetivo es, por tanto, conseguir un mejor efecto radical del tratamiento local, pero también destruir cualquier célula tumoral residual fuera de la masa tumoral principal (circulante en la sangre, linfa, micrometástasis en órganos distantes, demasiado pequeñas para ser detectadas por el diagnóstico radiológico convencional).
Además, la quimioterapia durante el tratamiento de ciertos tumores puede administrarse de forma sincrónica con la radiación, para obtener la mejor respuesta local posible. Esto se justifica por el hecho de que, bajo la influencia de ciertos fármacos citostáticos administrados sistémicamente, aumenta la sensibilidad de la célula tumoral a la radioterapia (efecto "fotosensibilizante"), lo que mejora la eficacia de la radiación aplicada localmente.
foto: panthermedia
Los avances en la farmacoterapia del cáncer son continuos, y los laboratorios de farmacología y bioquímica trabajan en nuevas generaciones de fármacos que, al actuar de forma más específica y selectiva, tendrían un perfil de toxicidad menor con una eficacia comparable o incluso mejor.