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El hierro en la nutrición infantil

Dra. Hanna SZAJEWSKA, Departamento de Gastroenterología y Nutrición Infantil Universidad Médica de Varsovia

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El hierro en la nutrición infantil

Panthermedia

Madre y bebé

La carencia de hierro es una de las deficiencias nutricionales más comunes en todo el mundo, con consecuencias potencialmente peligrosas. Este artículo resume las posiciones actuales del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHTAN), del Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sobre el papel del hierro en la nutrición infantil, con especial énfasis en las recomendaciones sobre cómo prevenir la carencia de hierro.

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Introducción

La carencia de hierro es una de las deficiencias nutricionales más comunes en todo el mundo, con consecuencias potencialmente peligrosas. En los países de Europa occidental y en EE.UU., se encuentra en el 3-5% de losniños, mientras que en los países en vías de desarrollo se encuentra en casi el 75% de los niños1. Se ha sugerido que la carencia de hierro puede perjudicar el desarrollo motor e intelectual del niño, y estas deficiencias pueden ser irreversibles. Este artículo resume las posiciones actuales del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHTAN)2, el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría3 y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermed ades1 sobre el papel del hierro en la nutrición infantil, con especial atención a las recomendaciones para los médicos de cabecera sobre cómo prevenir la carencia de hierro.

Hierro

El hierro es un elemento esencial para el buen funcionamiento del organismo, presente en casi todas las células, incluidas, entre otras, las dos ferroproteínas más importantes: la hemoglobina, implicada en el transporte de oxígeno, y la mioglobina, que se encuentra en los músculos y desempeña un papel en el almacenamiento de oxígeno. Otras ferroproteínas, como los citocromos, las catalasas y las peroxidasas, intervienen en el metabolismo celular.2

Necesidades de hierro

Aunque el hierro es un elemento esencial para la vida, se desconocen sus necesidades exactas.2 Los resultados de las investigaciones sugieren que los lactantes sanos, nacidos a término y de peso normal tienen reservas de hierro que cubren sus necesidades durante los seis primeros meses de vida.4 5 Durante este periodo, la necesidad de hierro exógeno, si la hay, es mínima. En la segunda mitad del primer año de vida, las necesidades de hierro aumentan rápidamente y se calcula que se sitúan en torno a 1 mg/kg/d.3 En comparación con los lactantes nacidos a término, con peso normal o alto, los prematuros o con bajo peso para la edad gestacional nacen con unas reservas de hierro inferiores, que se agotan en torno a los 2-3 meses de edad. Se calcula que las necesidades diarias de hierro de un recién nacido prematuro son de aproximadamente 4 mg/kg/d.6 7

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Absorción del hierro

La absorción del hierro suministrado con los alimentos tiene lugar principalmente en el duodeno y la parte superior del yeyuno. La forma divalente del hierro se absorbe mejor. En el transporte del hierro a través de la mucosa intestinal intervienen dos mecanismos de transporte acoplados a una enzima que altera el estado de oxidación del hierro. Hasta la fecha, sólo se ha identificado uno de ellos, el transportador de metales divalentes I (DMTI)8 9 localizado en la membrana apical del enterocito; sin embargo, no se ha identificado ningún transportador en la membrana basolateral. En el interior del enterocito, el hierro se almacena en forma de ferritina. La absorción de hierro depende de la cantidad de hierro que haya en el organismo, del ritmo de producción de glóbulos rojos, de la cantidad y el tipo de hierro de la dieta y del consumo de sustancias que potencien o inhiban la absorción de hierro.2 1