El éxito del tratamiento de la esquizofrenia y de todas las demás enfermedades no sólo depende de los médicos. También depende de los pacientes. ¿Por qué? Porque si el psiquiatra selecciona la medicación adecuada y en la dosis correcta, esto es una parte importante del tratamiento, pero no el tratamiento completo. Sobre todo si el paciente no está en el hospital, sino en casa y debe seguir él mismo la medicación regular. La segunda (después de la elección correcta de la medicación) parte más importante del tratamiento es el cumplimiento de la medicación por parte del paciente. Los psiquiatras utilizan aquí diferentes palabras, pero el término más utilizado es "cooperación del paciente en el tratamiento".
Las consecuencias adversas más importantes para el propio paciente de no cooperar bien con el tratamiento son:
- recaída - la administración de medicación reduce significativamente el riesgo de otra recaída de psicosis, otra estancia en el hospital, otro deterioro del funcionamiento. La medicación a largo plazo tiene un efecto profiláctico contra las recaídas, por lo que los médicos recomiendan tomarla durante más tiempo, para que la enfermedad no recaiga.
- Las consecuencias de una recaída, como la necesidad de hospitalización, la agresividad hacia los demás, la pérdida o el deterioro del contacto con la familia o los amigos. Una persona con un deterioro mental puede estropear mucho su vida en sus relaciones con otras personas, en su entorno, en el trabajo, en la escuela o en su entorno vital.
- En una persona que no toma medicación, aumenta el riesgo de suicidio. En este sentido, tomar medicación puede salvar directamente la vida de una persona.
- Una persona que no toma medicación puede dejar de cuidar de sí misma, de sus comidas, de su higiene, de su salud en general. Esto puede provocar efectos adversos en la salud física, la nutrición, el sueño, a veces hasta caquexia o falta de higiene.
- Una persona que sufre una recaída en la psicosis suele ser incapaz de reconocer las intenciones de quienes le rodean y de dirigir sus acciones. Esto puede llevar a la agresión verbal o activa hacia los demás y al deterioro de las relaciones con los seres queridos, o la propia persona se convierte en víctima de la violencia.
- A veces, una persona que no toma medicación y se siente mal empieza a beber alcohol para aliviar este malestar. Esto no hace sino agravar aún más la situación.