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Formas modernas de colaboración médico-paciente

dr n. med Slawomir Murawiec, Instituto de Psiquiatría y Neurología

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Formas modernas de colaboración médico-paciente

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Encontrar su camino

Una de las formas modernas de colaboración mutua médico-paciente es la denominada "toma de decisiones compartida". Este tipo de relación mutua tiene una historia relativamente corta. Se empezó a hablar de ella en la década de 1980. En esta tendencia, la relación médico-paciente se basa en aumentar los conocimientos médicos del paciente y tener más influencia en las decisiones sobre el tratamiento. Tanto el paciente como el médico comparten información y conocimientos sobre las opciones de tratamiento. Las decisiones se toman conjuntamente basándose en que ambas personas están de acuerdo en una línea de actuación. Esta relación médico-paciente requiere mucho esfuerzo por ambas partes, pero también ofrece nuevas posibilidades terapéuticas.

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Por un lado, puede dar a la persona tratada una mayor sensación de influencia sobre su propia terapia. Esta mayor sensación de influencia puede traducirse en una mejor cooperación en el tratamiento, una vez que las reglas de esta cooperación hayan sido establecidas junto con el médico y aceptadas por la persona tratada. Una sensación de mayor influencia, de mayor autonomía, de creencia en la codeterminación, también puede tener un gran impacto en el bienestar de la persona tratada y en su sensación de autoestima, actividad, confianza en sí misma e influencia en su vida.

Por otra parte, este tipo de relación médico-paciente supone que la persona tratada también asume cierta responsabilidad sobre su propia salud y tratamiento. Por ejemplo, si ha acordado conjuntamente con el médico un curso de tratamiento, la responsabilidad exigiría que se ciña a él. Si existe un reparto de la toma de decisiones, existe al mismo tiempo un reparto de la responsabilidad.

La toma de decisiones compartida es posible si la persona tratada recibe información sobre la enfermedad que se le ha diagnosticado y los principios de su tratamiento. Esto se debe a que es difícil tomar cualquier decisión si no se tienen siquiera los conocimientos básicos. Esta información puede proporcionarla el médico, en clases de psicoeducación, en forma de folletos y guías profesionales, y puede encontrarse en Internet. Cuanto más fiable y veraz sea esta información, más precisa será la toma de decisiones. Por lo tanto, la toma de decisiones compartida es posible cuando el paciente dispone de cierta información sobre su enfermedad, la ha comprendido y quiere tenerla en cuenta en la elección del método de tratamiento. Si alguien no dispone de los datos necesarios para emitir un juicio, es difícil que tome una decisión y luego la mantenga.