Carne, huevos, queso, pescado ...

Los productos contaminados pueden provocar intoxicaciones alimentarias. En primer lugar, los microorganismos (bacterias, hongos) pueden estar presentes en los productos animales. La salmonela es la causa más común de intoxicación. Los primeros síntomas de la intoxicación causada por microorganismos sólo aparecen al cabo de unos días y muy a menudo no están asociados al consumo de alimentos contaminados. Las mujeres embarazadas deben consumir estos alimentos con especial cuidado. Algunos microorganismos, como la listeria, pueden provocar abortos. La carne poco hecha y cruda, los huevos crudos o pasados por agua, los quesos blandos, los patés y la leche sin pasteurizar son los que pueden contener más microorganismos. Para reducir la contaminación microbiana, deben seguirse los principios básicos de una preparación segura de los alimentos. Los alimentos deben almacenarse en un frigorífico y debe mantenerse la higiene durante su preparación. La carne cruda o poco hecha también supone un riesgo de infección por toxoplasmosis.

El pescado puede estar contaminado con parásitos, por lo que no se recomienda el consumo de carne de pescado cruda ni de marisco crudo. Tampoco es aconsejable comer pescado, sobre todo de agua dulce, de procedencia desconocida, comprado a pescadores aficionados o en mercados. En ese caso no hay certeza de que el pescado no proceda de embalses contaminados.

Azúcar y dulces

Lo ideal sería excluir por completo el azúcar de la dieta de una mujer embarazada. El azúcar carece de todo valor nutritivo y contiene un gran número de calorías vacías. El azúcar normal debe sustituirse por azúcares contenidos en la fruta fresca. No deben consumirse productos de confitería ya que, además de azúcar, contienen mucha grasa. Esta combinación da como resultado un producto muy calórico que aporta un mínimo de nutrientes y un gran número de calorías. El azúcar también tiene un efecto adverso sobre los dientes. Las mujeres embarazadas son más propensas a todas las infecciones bucales y también a la caries dental, que se desarrolla mucho más rápido durante el embarazo. Por tanto, durante el embarazo deben evitarse las tabletas de chocolate, los pasteles de nata, las masas quebradas, los donuts, etc. También deben evitarse los productos que contengan aspartamo.

Sal

El consumo excesivo de sal durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones en la gestación. La sal retiene el agua en el cuerpo y, por tanto, puede provocar edemas e hipertensión. Debe limitar la ingesta de alimentos con un alto contenido en sal como el pescado salado, los embutidos y los palitos salados. También debe evitar añadir sal a los alimentos directamente en el plato.

Frutas y verduras

Los productos químicos que contienen pesticidas se utilizan para proteger las plantas de las malas hierbas, los hongos y las plagas. La cantidad de compuestos nocivos en frutas y verduras es pequeña y no pone en peligro la salud humana. Sin embargo, como todavía se están investigando los efectos de estos compuestos en el cuerpo humano cuando se consumen verduras y frutas protegidas con productos químicos durante un largo periodo de tiempo, las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado en asegurarse de que todas las frutas y verduras proceden de una fuente fiable. Deben lavarse a fondo y fregarse con agua corriente antes de consumirlas.