Casi todas las mujeres tienen en su psique un deseo codificado de tener descendencia. Muchas de ellas lo consideran el objetivo de su vida. Un aborto espontáneo es una gran tragedia para una mujer. Muchas de ellas experimentan ese acontecimiento de forma muy dolorosa y no pueden hacerse a la idea de perder un hijo. Por supuesto, la principal pregunta en la mente de las mujeres que han perdido un embarazo es por qué ocurrió, cuál pudo ser la causa. Por desgracia, suele ser extremadamente difícil, y a veces imposible, responder a estas preguntas.

Causas de los abortos espontáneos

De hecho, hay muchos factores que pueden convertirse en la causa de un aborto espontáneo. Por regla general, los factores que tienen un efecto negativo en un embarazo precoz no se producen por sí solos, sino que actúan simultáneamente. Por eso es tan difícil identificar una única causa. Muy a menudo, no se encuentra en absoluto la causa de un aborto espontáneo.

Entre los factores que pueden provocar un aborto espontáneo, los más comunes son:

• factores externos, es decir, aquellos a los que la mujer está expuesta en su vida diaria, y
• factores internos, es decir, factores que dependen de su organismo o de defectos en el óvulo fetal.

Las complicaciones del embarazo precoz pueden verse influidas, por ejemplo, por los cambios de temperatura. Un calentamiento o enfriamiento brusco del cuerpo, el llamado choque térmico, puede provocar un aborto espontáneo. El estilo de vida de la mujer también es muy importante. Trabajar en condiciones difíciles y estar expuesta a factores teratógenos, como la exposición a productos químicos, la irradiación o los campos magnéticos, pueden dañar el óvulo fetal y provocar su expulsión prematura. Los cambios bruscos de presión, así como las vibraciones y los choques prolongados también tienen un efecto negativo en el embarazo precoz. Sustancias como el alcohol, los cigarrillos y las drogas también pueden tener un efecto negativo.

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También hay una serie de causas denominadas internas del aborto espontáneo. Entre ellas se incluyen causas tanto por parte de la madre como del propio óvulo fetal. Diversos tipos de malformaciones y defectos de los órganos reproductores de la mujer, en particular del útero, restringen significativamente, o hacen casi imposible, que el óvulo se implante correctamente y siga desarrollándose.

Entre las anomalías uterinas más comunes que pueden contribuir al aborto son:

• La posición anómala del útero, por ejemplo, una retrogresión grave; el subdesarrollo también es una causa frecuente de dificultades para quedarse embarazada,
• malformaciones como un tabique en el útero,
• útero bicorne y
• diversos tipos de tumores de este órgano.

Todas estas lesiones pueden obstaculizar el desarrollo normal del embrión, provocando su muerte y el consiguiente aborto espontáneo. Para que el óvulo fecundado se implante correctamente en el útero, es muy importante que su mucosa, el llamado endometrio, esté bien preparada.

En los casos en que la mujer se haya sometido en el futuro a operaciones en el útero, como la extirpación de miomas, la limpieza diagnóstica del útero, numerosos abortos o inflamaciones de los órganos reproductores, pueden haberse formado numerosas cicatrices en la mucosa, que impidan que el embrión se implante correctamente. Asimismo, los procedimientos realizados en el cuello uterino pueden convertirse en la causa de una insuficiencia cervical y de dificultades para mantener un embarazo.