El 29 de abril celebraremos el 28º Día Internacional de la Danza, establecido por el Comité de Danza del Instituto Internacional del Teatro. Cada año, un artista destacado prepara un pensamiento dirigido a los bailarines y a los amantes de esta disciplina. En 2010, el autor del mensaje al mundo es Julio Bocca, bailarín de ballet de 43 años. Cree que la danza es un lenguaje universal que sustituye a las palabras tan incomprensibles para la mayoría y que nos acerca al cielo y a lo sagrado. Incluso compara la danza con una obra de amor, tras la cual los corazones laten más deprisa y no podemos esperar a la próxima vez.
El baile de salón en sí no es sólo una oportunidad para el deporte y la competición artística. Según diversos especialistas, el baile tiene un excelente efecto sobre la forma física. La investigación médica también confirma el impacto sobre el estado mental - moverse al ritmo de la música es una reacción instintiva y natural del cuerpo, gracias a la cual podemos olvidarnos de los problemas cotidianos, al menos durante un rato.
Según muchos bailarines, la danza es como una droga: una vez que se ha probado, nunca se olvidará y será difícil resistirse a la tentación de volver a probarla. Pero, ¿hay que intentar a toda costa bailar como las mejores parejas que se presentan a los torneos? Por supuesto que no. Al fin y al cabo, a pesar de las reglas rígidas y definidas, la más importante es probablemente que el baile de salón debe aportar alegría y la posibilidad de autorrealización artística.