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Vida vegana

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Vida vegana

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Hortalizas

La creciente popularidad de la vida orgánica y de estar en forma está extendiendo la idea de una alimentación sana. Junto con esta idea, aumenta la popularidad de las dietas con mejores resultados para la salud. Una de estas ideas es el veganismo, entendido no sólo como una dieta desprovista de productos zoonóticos, sino también como un estilo de vida. Como cualquier dieta, para ser seguro, el veganismo debe estar correctamente equilibrado y adaptado a las necesidades del organismo. Hasta ahora, no se han encontrado contraindicaciones para este tipo de dieta, e incluso se ha demostrado que tiene un efecto preventivo en ciertas enfermedades.

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Estereotipos

Existe la percepción común de que una dieta vegana es aburrida y monótona. Seguro que muchos veganos se enfrentan más de una vez a la pregunta: "¿Qué come usted?". La mayoría de las personas que no están familiarizadas con las particularidades de esta dieta reconocen que en ella se comen brotes y lechuga, pero los representantes de la comunidad vegana pueden confirmar con seguridad que se trata de un concepto erróneo. Este tipo de dieta excluye los productos animales, es decir, la carne, el pescado, la leche y los huevos. Los productos pueden prepararse de cualquier forma: hervidos, al horno, fritos, marinados, en escabeche o comerse crudos. Además, el veganismo no excluye los dulces ni un poco de alcohol en la dieta (lo que, por supuesto, no es aconsejable en ninguna dieta sana). Una dieta basada en plantas suele ser colorida, vistosa y, además, más reflexiva. Para equilibrar adecuadamente las comidas, todo vegano debe tener unos conocimientos elementales y, en consecuencia, las comidas se preparan "con cabeza" y la conciencia de lo que se está comiendo es mucho mayor que con la cocina tradicional.

¿Más barato o más caro?

Otro aspecto de la dieta vegana es también la creencia derivada del estereotipo de que una dieta vegana es mucho más cara que una dieta tradicional. Por supuesto, cualquier dieta puede ser más o menos cara, dependiendo de la cartera del propio interesado. Y al igual que en una dieta "normal" no consumimos muchos productos porque son demasiado caros, en el veganismo tampoco tenemos por qué hacerlo.
Además, cabe señalar que muchas veces el precio está asociado a la calidad de un determinado producto, por lo que también conocemos la situación cuando, siguiendo una dieta que no excluye ningún producto, nos preguntamos qué producto elegir. En el contexto del veganismo, es un hecho que los productos veganos ya preparados son, en efecto, bastante caros, pero cuando usted se encarga de la preparación de los alimentos, puede descubrir que su cartera no hace más que beneficiarse. Por ejemplo, un kilo de garbanzos puede costar de 7 a 12 libras, la soja de 5 a 12 libras, las lentejas de 6 a 9 libras y los guisantes de 3 a 4 libras.

¿Y qué hay de la inmunidad?

La base para que nuestro organismo funcione correctamente es una nutrición adecuada. La dieta es, por tanto, el factor básico responsable de nuestra inmunidad, de ahí la importancia de una alimentación equilibrada y variada.

Lo más importante para nuestra inmunidad es que la dieta sea racional y sana. Debe haber un buen equilibrio entre las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono consumidos, así como los minerales y las vitaminas. Además, es importante asegurarse de que la dieta sea calórica en función de las necesidades de nuestro organismo.


foto: panthermedia

Por lo tanto, por encima de todo, el conocimiento de los productos que comemos debe guiar nuestras elecciones. En el caso de los veganos, este conocimiento suele ser mucho mayor y la elección de los productos más consciente y meditada. Las verduras, frutas, hierbas y otras plantas que se consumen en una dieta vegana tienen sus propias propiedades y aportan a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios. Su correcta selección y equilibrio son la base del buen funcionamiento del organismo. [1]

Posición científica

La Asociación Dietética Americana y los dietistas de Canadá han emitido un dictamen en el que se define una postura sobre las dietas vegetarianas y veganas.
Según la misma, las dietas veganas y vegetarianas correctamente planificadas son saludables, satisfacen las necesidades del organismo de una nutrición adecuada y ayudan a prevenir y tratar ciertas enfermedades. Como se ha señalado, existe un interés creciente por este tipo de dietas, así como cada vez más productos en nuestras estanterías que se adaptan a estas necesidades. Además, existe una tendencia a la aparición de restaurantes y establecimientos que sirven platos vegetarianos o veganos.

Según la postura declarada, no existen contraindicaciones para una dieta vegana en ninguna etapa del desarrollo, así como durante el embarazo o la lactancia. Tanto la dieta vegana como la vegetariana conllevan muchos beneficios, como proporcionar al organismo una cantidad adecuada de grasas saturadas, menos colesterol, mayores niveles de fibra, magnesio, potasio, ácido fólico y antioxidantes. También se observa una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer de próstata y colon entre los veganos. Sin embargo, si alguien expresa su interés por pasarse a una dieta vegana, debe buscar el consejo de un nutricionista para recibir información experta sobre la elección adecuada de productos en la dieta. [4]