A menudo oímos en los medios de comunicación hablar de retiradas de alimentos debido a la detección de salmonela o intoxicación por salmonela en escuelas, guarderías y campamentos de verano. ¿Qué es esta bacteria, cómo se contagia y hasta qué punto es peligrosa para nuestro organismo?
La salmonela es un tipo de bacteria de la familia Enterobacteriaceae. Existen más de 2 500 cepas de la bacteria Salmonella. La mayoría de ellas causan dolencias peligrosas en los seres humanos. La bacteria Salmonella entra en el organismo a través de alimentos contaminados de origen animal y vegetal (más comúnmente productos cárnicos, leche y huevos), ya sea directa o indirectamente. La salmonela también se transmite a través del contacto directo con animales o personas infectados o ambientes contaminados por heces.
¿Cómo se produce la infección por Salmonella?
Las bacterias de la salmonela son bacilos Gram negativos de tamaño medio que no producen esporas pero tienen la capacidad de sobrevivir dentro de las células infectadas y no se destruyen por congelación. Estas bacterias se encuentran tanto en humanos como en animales y causan diversas formas clínicas de enfermedad.
En Polonia, la bacteria Salmonella enterica es responsable de la mayoría de las intoxicaciones alimentarias. Se encuentran principalmente en la carne, las aves, los huevos, el pescado, los productos lácteos e incluso en los zumos de frutas. Los alimentos contaminados no difieren de los sanos. Bastan unas 20 bacterias para infectar nuestro sistema digestivo.
En condiciones favorables (calor, humedad, presencia de proteínas), las bacterias pueden vivir fuera del organismo vivo hasta varios meses. La avicultura industrial y el procesado de alimentos han contribuido al aumento de los casos de salmonelosis en todo el mundo en los últimos años.
foto: panthermedia
Síntomas de la intoxicación por salmonela
Los síntomas de la intoxicación suelen aparecer entre 6 y 72 horas después de ingerir alimentos contaminados. La enfermedad suele manifestarse con diarrea acuosa, dolor abdominal, náuseas y vómitos. Estos trastornos suelen ir acompañados de fiebre (hasta 39ºC), dolores de cabeza, escalofríos y debilitamiento general. También puede aparecer sangre en las heces.
Los síntomas suelen desaparecer al cabo de 2-3 días, pero la recuperación se produce al cabo de 7 días. El diagnóstico se determina mediante un hemocultivo y un cultivo de heces positivos. Una vez enfermos, los bacilos pueden excretarse en las heces durante varias semanas o meses y pueden infectar el entorno.
