Las elecciones dietéticas durante el embarazo son extremadamente importantes, ya que no todos los alimentos y productos que consumen las mujeres embarazadas tienen un efecto beneficioso en el organismo.
En el segundo trimestre del embarazo, cuando las náuseas van desapareciendo poco a poco, el menú de la embarazada debe consistir en 4-5 comidas al día. Merece la pena aumentar la ingesta de productos proteínicos y los que contienen hierro y calcio durante este periodo. También deben seguir incluyéndose en la dieta productos ricos en vitamina C, ya que esta vitamina aumenta la absorción del hierro, previniendo así la anemia. Una buena solución para garantizar unas cantidades adecuadas de esta vitamina es beber zumo de, por ejemplo, naranjas, pomelos o grosellas negras. Las frutas de temporada pueden combinarse con leche y productos lácteos, por ejemplo, añadiéndolas al yogur. En otoño e invierno, es una buena idea utilizar alimentos congelados.
En el tercer trimestre, cuando aumentan síntomas como la acidez, el estreñimiento y la flatulencia, conviene limitar la ingesta de las frutas ácidas que se consumieron en los dos primeros trimestres. Los productos que no se recomiendan en este trimestre son: naranjas, pomelos, limones, puerros, cebollas, vinagre y pimientos picantes. También conviene eliminar de su dieta el pan integral de masa madre y sustituirlo, por ejemplo, por pan de graham o pan mixto. Deben evitarse los alimentos fritos y los productos muy procesados. La leche y los productos lácteos naturales pueden aliviar la acidez. Coma con frecuencia pero en pequeñas cantidades. No coma antes de acostarse y se recomienda dormir con la cabeza más alta que el resto del cuerpo.
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El estreñimiento también puede regularse con una dieta que contenga fibra, que puede encontrarse en verduras crudas (zanahorias, lechuga), manzanas, grañones de trigo sarraceno. El salvado y la avena pueden añadirse a los productos lácteos. Las ciruelas pasas, las pasas sultanas, las pipas de calabaza y de girasol también tienen un buen efecto.
En los últimos meses del embarazo, cuando puede producirse hinchazón, es aconsejable seguir una dieta sin sal, ya que la sal retiene agua en el cuerpo. Contienen grandes cantidades de sal: el caldo, el queso, la carne y los embutidos, el pescado salado. En lugar de sal, se puede añadir a los alimentos zumo de limón y hierbas aromáticas.
