También contienen vitaminas del grupo B, vitaminas PP y K, calcio, hierro y magnesio. Hay realmente muchas maneras de prepararlas.

Los tomates pueden comerse crudos, como guarnición o base de ensaladas. También saben muy bien en forma de sopas y cremas. También pueden freírse, guisarse, asarse, rellenarse y algunas variedades pueden incluso secarse.

Es importante destacar que el tomate es una de las pocas hortalizas que se beneficia cuando se procesa.

Nuestro cuerpo absorbe mejor el licopeno cuando los tomates están ligeramente procesados. En forma de ketchup, puré o concentrado, serán por tanto más valiosos en este sentido que los que vienen directamente de la mata.

Los tomates deberían ser especialmente populares entre las personas que están perdiendo peso:

- Son bajos en calorías,

- estimulan el metabolismo,

- purifican el organismo

- da sensación de saciedad

¿Cómo elegir y conservar los tomates?

Al comprar tomates, merece la pena prestar atención a varias cuestiones.

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Los tom ates deben ser firmes, sin daños ni podredumbre y de color uniforme. El olor también es importante y debe ser más intenso alrededor del pedúnculo.

Los tomates deben estar maduros, a menos que no quiera utilizarlos inmediatamente. En ese caso, podemos optar por unos ligeramente inmaduros, que se mantendrán frescos más tiempo y madurarán con el tiempo si se dejan en un lugar cálido.

Los tomates deben conservarse a temperatura ambiente, en un lugar seco y soleado, con el pedúnculo hacia arriba.

No deben guardarse en el frigorífico, ya que pierden su sabor, color y textura. Aunque están disponibles todo el año, es bien sabido que el sabor de un tomate comprado en pleno invierno en un supermercado deja mucho que desear.

Así que aprovechemos la temporada y optemos por tomates triturados y madurados al sol comprados en el mercado a un vendedor de confianza. Fuera de temporada, opte por los productos procesados.