El DMT también puede utilizarse en la rehabilitación de personas discapacitadas con deficiencias motoras y parálisis cerebral. Poder bailar en silla de ruedas ayuda a recuperar la confianza de los discapacitados en sí mismos y a eliminar la timidez hacia la gente. El baile es un buen medio de prevención gerontológica. Tiene un efecto positivo en el bienestar de las personas mayores, les ayuda a evadirse de la vida cotidiana y les anima a mantenerse activos en la vida.

El movimiento de la danza compromete todos los músculos del cuerpo humano y va mucho más allá del ámbito de la actividad física. El movimiento refleja la forma de pensar y de experimentar las emociones de un individuo. Entre las técnicas de danza utilizadas en las sesiones de terapia se encuentran la improvisación, el movimiento auténtico, la visualización en movimiento, el centrado cuerpo-mente y la danza en círculo.

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No es necesario tener ninguna experiencia para beneficiarse de la psicoterapia de danza, ya que durante la terapia no se aprenden secuencias de baile. Lo importante es escuchar a su propio cuerpo y dejar que se mueva libremente. Los efectos tras la DMT están científicamente probados. En mujeres con cáncer de mama, se ha observado lo siguiente tras la terapia de danza: mejora del estado de ánimo, mejora de la calidad de vida y adaptación a una nueva situación vital. En personas con trastornos alimentarios, mejoró la actitud hacia el propio cuerpo y su aceptación, y aumentó la confianza de las pacientes en sí mismas y en los demás.

La DMT también puede beneficiar a las personas sanas, a las que la danza ayudará a desarrollarse y a expresar mejor sus emociones y sentimientos.