Puede llevarse a cabo de diversas formas. Hoy en día, el baile se ha hecho muy popular ya que mejora las habilidades motoras y la coordinación motriz de una persona. Existen muchas posibilidades para aprender a bailar; todo depende del efecto que queramos conseguir y del estado de forma en que nos encontremos.

Se ha comprobado que la DMT (Psicoterapia de Movimiento y Danza) es útil en el tratamiento de muchas enfermedades, como los trastornos alimentarios (bulimia, anorexia), los trastornos de la personalidad, la depresión, las adicciones, el TDAH, la enfermedad de Parkinson, las neurosis y el estrés postraumático. Las personas que más se benefician de la danzaterapia son las que tienen problemas para expresar sus sentimientos y emociones y experimentan una incapacidad para confiar y estar cerca de los demás.

El movimiento con música suave ayuda a relajarse, reduce la tensión y el estrés y estimula el sistema inmunológico. Como cualquier actividad física, favorece la secreción de endorfinas -las hormonas de la felicidad- en el organismo. Bailar mejora la circulación sanguínea, aumenta la capacidad pulmonar, fortalece el sistema nervioso e influye en el equilibrio interno del cuerpo. Hacer ejercicio al ritmo de la música enseña a controlar el propio cuerpo y fortalece las partes más débiles del organismo.

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Según los psicólogos, al bailar se sincroniza el trabajo de ambos hemisferios cerebrales, lo que mejora la concentración, la comunicación y contribuye a recordar más rápidamente la información. Bailar es un proceso que estimula la actividad mental y física de una persona. El movimiento del baile ayuda a superar los sentimientos de timidez y desarrolla la capacidad creativa de la persona. Además, fomenta la integración con otras personas.