El embarazo es un momento único en la vida de una mujer. Algunas infecciones víricas pueden tener graves consecuencias para el desarrollo del feto: por ejemplo, la rubéola, la varicela, el VIH, la hepatitis B, el herpes zóster (VHS), el citomegalovirus (CVM) y el parvovirus B19. La infección por el parásito Toxoplasma también es peligrosa.
Un virus bastante común es el de la varicela. La infección puede causar neumonía -en un 10% de los casos- e incluso la muerte en ancianos y mujeres embarazadas. La infección durante el primer trimestre no aumenta el riesgo de aborto.
Cuando la infección se produce más tarde en el embarazo, puede causar viruela congénita en el bebé (manifestada por bajo peso al nacer, cicatrices en la piel, trastornos neurológicos, defectos en las extremidades y los ojos, retraso mental, etc.).Cuando la infección se produce después de las 28 semanas de embarazo, no se detecta ningún síndrome congénito. La vacuna contra la viruela está disponible y se recomienda a las mujeres que no la hayan padecido. Debe vacunarse al menos un mes antes de planear quedarse embarazada.
El toxoplasma es un parásito que se encuentra en las heces de los gatos infectados y en la carne cruda infectada, especialmente la de cerdo. La enfermedad suele tener un curso leve y la mayoría de las personas ni siquiera saben que la han pasado. Sin embargo, puede ser peligrosa si la infección se produce durante el embarazo. Si la infección del feto se produce en las primeras fases del embarazo, puede provocar un aborto espontáneo o defectos congénitos. Para evitar la infección por toxoplasmosis, evite comer carne cruda, lávese bien las manos después de limpiar la bandeja sanitaria del gato.
Aunque algunas enfermedades son inofensivas para las personas sanas, pueden ser peligrosas para las mujeres embarazadas y el feto. Es importante ser consciente de los riesgos y, si es posible, tomar una profilaxis eficaz.