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Ictericia en el recién nacido

Ictericia en el recién nacido

panthermedia

Bebé llorando

La ictericia en los recién nacidos es el síntoma más común observado durante las primeras horas y días de vida. La ictericia temprana, se asocia a niveles elevados de bilirrubina en la sangre - los más altos durante la vida. La ictericia tardía se asocia a un componente de la leche materna que afecta a la recaptación de bilirrubina en los intestinos, lo que provoca niveles elevados en la sangre. Esta afección suele persistir hasta 10 días después del nacimiento y pasa a medida que se normaliza la lactancia. Si los síntomas de ictericia persisten durante más de 14 días, es necesario un diagnóstico más exhaustivo.

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Alimentación

Cuando la leche materna no aporta la cantidad diaria de calorías necesarias para el correcto desarrollo del niño, se dice que existe un suministro alimentario inadecuado en los bebés alimentados exclusivamente con leche materna, lo que no es infrecuente. Según la práctica clínica, en alrededor del 10 % al 18 % de los bebés alimentados exclusivamente con leche materna, el peso al nacer disminuyó alrededor de un 10 % y esto es lo que se asoció con el aumento de los niveles de bilirrubina en sangre. El comportamiento del bebé tampoco deja de verse afectado, mostrando una menor actividad y succionando con menos vigor durante la toma. Además, esto puede tener consecuencias adicionales ya que, en una situación de creciente privación calórica, el peristaltismo intestinal puede ralentizarse y puede producirse retención de meconio, lo que tiene un efecto significativo en el aumento de la circulación intestinal-hepática de bilirrubina. Cabe señalar que no se observaron diferencias en los niveles de bilirrubina en la sangre de los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna pero de forma óptima y los alimentados artificialmente. Es más, las mezclas artificiales tienen propiedades que facilitan la unión de la bilirrubina, lo que dificulta su reabsorción en los intestinos y facilita su excreción por el organismo. Los métodos tradicionales para controlar los síntomas de la ictericia incluyen el uso de la alimentación suplementaria con agua o agua azucarada, muy extendida entre los padres y aceptada por algunas unidades neonatales, pero que no tiene el efecto deseado y el peso del bebé disminuye. Además, este tipo de acción aumenta la circulación intestino-hepática y la absorción de bilirrubina. La ictericia de los bebés amamantados suele desaparecer cuando se normaliza la leche materna. Esto suele observarse a los 10 días del parto. Si, por el contrario, los síntomas persisten durante más de 14 días, es necesario profundizar en el diagnóstico, que debe iniciarse con una historia exhaustiva del embarazo, el periodo perinatal, cualquier traumatismo y la medicación tomada. También son importantes la alimentación del niño y parámetros como el color de la orina y las heces. También es importante el contexto familiar, es decir, los antecedentes familiares así como la aparición de ictericia en niños anteriores. Una vez realizado el historial, es necesario realizar pruebas de laboratorio a partir de la sangre del niño.

Recomendaciones

Según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, el procedimiento diagnóstico debe basarse en una prueba diagnóstica consistente en el destete de la alimentación natural durante 24 horas, con determinación basal y final del nivel de bilirrubina en sangre del niño. Sin embargo, esta recomendación encuentra muchas voces en contra, aludiendo a su baja especificidad y a la dificultad de mantener una lactancia normal. Además, la alimentación artificial se incorpora al periodo de destete, lo que siempre conlleva la posibilidad de alergización. También conlleva un mayor riesgo de desarrollar diabetes u obesidad en etapas posteriores de la vida.

La necesidad de un seguimiento constante

Es muy importante que un recién nacido con ictericia prolongada esté sometido a un control constante del nivel de bilirrubina en sangre. Esto implicaría intervenciones frecuentes (punciones) para tomar una muestra para su análisis, lo que es posible gracias a equipos especializados como un bilirrubinómetro, que mide los niveles de bilirrubina en la sangre de forma transcutánea. Sin embargo, este tipo de equipo no está exento de inconvenientes: pierde su fiabilidad cuando el nivel de bilirrubina en la sangre supera los 12 mg/dl, algo poco frecuente en la ictericia. Entonces es necesario extraer sangre para realizar pruebas de laboratorio.

Educación de los padres

Si se hace el diagnóstico y se trata de ictericia asociada a la lactancia, es esencial que fluya una información adecuada a los padres. Es importante apoyarles y darles una información completa y exhaustiva sobre a lo que se enfrentan. Sobre todo, es importante explicarles cuáles serán los beneficios para el bebé de mantener la lactancia materna, aunque los padres que conozcan la causa de la ictericia pueden ser reacios a continuar con la lactancia de forma natural. Si el estado del recién nacido es bueno y el bebé se desarrolla con normalidad y aumenta de peso gradualmente, sólo se recomiendan controles regulares. [1]