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Ictericia en el recién nacido

Ictericia en el recién nacido

panthermedia

Bebé llorando

La ictericia en los recién nacidos es el síntoma más común observado durante las primeras horas y días de vida. La ictericia temprana, se asocia a niveles elevados de bilirrubina en la sangre - los más altos durante la vida. La ictericia tardía se asocia a un componente de la leche materna que afecta a la recaptación de bilirrubina en los intestinos, lo que provoca niveles elevados en la sangre. Esta afección suele persistir hasta 10 días después del nacimiento y pasa a medida que se normaliza la lactancia. Si los síntomas de ictericia persisten durante más de 14 días, es necesario un diagnóstico más exhaustivo.

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La ictericia que se produce en el periodo neonatal es el signo clínico más frecuentemente observado en los primeros días de vida, relacionado con el nivel de bilirrubina no ligada en la sangre, que es entonces el más alto en el contexto de toda la vida del ser humano. La lactancia materna es muy importante tanto desde el punto de vista del recién nacido como de la madre, pero supone un mayor riesgo de ictericia y una mayor gravedad de la misma. En el contexto de la forma precoz de ictericia en bebés amamantados, el aporte calórico inadecuado es crucial, y a medida que la lactancia se normaliza, la ictericia se resuelve. La forma tardía de la ictericia -cuando nos referimos a la ictericia alimentaria materna- se observa entre los días 4 y 7 de vida del recién nacido y está relacionada con la presencia de un factor desconocido en la leche materna, que es la causa del aumento de la reabsorción de bilirrubina enterohepática. La ictericia tardía es un factor importante en la ictericia prolongada del bebé. Un nivel elevado de bilirrubina en la sangre del niño es siempre una condición preocupante y es imperativo que se compruebe y se amplíe el diagnóstico.

Conocimientos actuales

Hasta hace poco, la ictericia, asociada a la lactancia materna, no se percibía como un riesgo y se hablaba de ella como una afección leve y temporal que no causaba daños en el sistema nervioso. Sin embargo, los resultados de las investigaciones y los análisis disponibles en la actualidad cuestionan esta certeza, al tiempo que sugieren una mayor vigilancia del bebé: comprobar el nivel de bilirrubina en la sangre del recién nacido es crucial. Para llegar al diagnóstico - ictericia de la lactancia - es necesario realizar un diagnóstico diferencial, es decir, descartar otras causas de ictericia. Sin embargo, si se realiza el diagnóstico, se supone que el nivel de bilirrubina en la sangre del bebé se habrá igualado a las 12 - 14 semanas de vida y, si el bebé se desarrolla con normalidad y aumenta de peso gradualmente, sólo es aconsejable promover la lactancia materna y un seguimiento pediátrico regular del bebé. Tampoco es una contraindicación para la aplicación de vacunas preventivas.

Ictericia en los primeros días de vida

Durante los primeros días de vida de un recién nacido, se observa un nivel muy elevado de bilirrubina no ligada, el más alto de toda la vida. El patomecanismo implicado está relacionado con el aumento de la producción de bilirrubina, que es el resultado de la descomposición del hemo y de la insuficiente capacidad del hígado para absorberlo, seguido de su reabsorción excesiva en los intestinos. Por tanto, es posible hablar de ictericia, o más bien de dos tipos: ictericia precoz (relacionada con la lactancia) e ictericia tardía (relacionada con la leche materna). También es posible que una forma de ictericia se transforme en otra. Además, también se observa un aumento de los niveles sanguíneos de bilirrubina no ligada en adultos, en situaciones excepcionales como una interrupción de 24 horas en la ingesta de alimentos.