La fecundación in vitro ofrece hoy en día a muchas parejas la posibilidad de tener su propia descendencia. Se calcula que en Polonia nacen unos 700 niños al año gracias a las técnicas de reproducción médicamente asistida.
El cuidado de la mujer tras la fecundación in vitro, además de las normas vigentes para los embarazos concebidos de forma natural, debe incluir también la atención continuada del equipo de reproducción médicamente asistida. Si el embarazo es único, es extremadamente importante controlar el crecimiento del feto en el útero, ya que existe un alto riesgo de retraso del crecimiento. Para evitarlo, se utilizan suplementos hormonales adecuados hasta las 12 semanas de embarazo. En caso de embarazo múltiple, es necesario aumentar la frecuencia del examen obstétrico con evaluación cervical, realizar un examen Eco para evaluar el progreso del desarrollo fetal cada cuatro semanas, realizar pruebas prenatales (para diagnosticar posibles defectos genéticos en el feto, debido al mayor riesgo asociado a la fecundación in vitro o en caso de sospecha de defectos durante el examen Eco).
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También es importante recordar informar a la paciente de las posibilidades o indicaciones para el propio parto y asegurarse de que la paciente pueda beneficiarse de la incapacidad laboral debida a la naturaleza del embarazo"[1].
