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E.coli - manos limpias y conciencia tranquila

FuturePR, comunicado de prensa

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E.coli - manos limpias y conciencia tranquila

Panthermedia

Apretón de manos, consentimiento

Las bacterias han vivido en el planeta durante más de 3.000 millones de años. No hay indicios de que vayan a dejar de existir nunca. Las cepas son destruidas por los antibióticos, mutan y se vuelven resistentes a los medicamentos. Aproximadamente cada 20 minutos se crea una nueva generación de bacterias en el mundo, y en 1 hora se forman unas 300 bacterias a partir de una sola célula. En la guerra contra las bacterias, estamos en una posición perdedora. Debemos aprender a convivir con ellas.

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Los epidemiólogos como detectives

Los epidemiólogos, cuyo trabajo sobre el terreno se asemeja a una investigación detectivesca, pueden responder a esta pregunta. Hay "sospechosos" y "testigos", los científicos recogen entrevistas y comprueban hipótesis. "Para cada epidemia, el patrón es el mismo: identificamos el agente patógeno, buscamos su fuente y las vías de transmisión. Todo ello con el fin de evitar la propagación de la epidemia, tratar a los enfermos de forma eficaz y prevenir futuros brotes". - afirma la Dra. Agnieszka Motyl de Medicover

Manos limpias y conciencia tranquila

La bacteria Escherichia coli enterohemorrágica O104:H4, que actualmente está causando estragos mortales en Europa, contiene genes que se encuentran en dos cepas diferentes de E. Coli. El intercambio de genes entre distintas cepas microbianas se produce en la naturaleza de forma espontánea, pero también puede ser el resultado de una acción humana deliberada. Los científicos están estudiando con especial atención las nuevas cepas de patógenos que podrían utilizarse como armas biológicas (entre ellas, la cepa O157:H7 de E. coli). Se sabe que, por desgracia, la investigación de tales armas está en curso en muchos laboratorios de todo el mundo (según fuentes fiables, unos 20 países disponen de estas armas ). Su efecto secundario puede ser la fuga accidental de bacterias peligrosas.

Algunos científicos también han relacionado la aparición de la bacteria O104:H4 con el polvo radiactivo arrojado por la central de Fukushima, dañada por el terremoto. Las infecciones transmitidas por los alimentos y el agua tienen un enorme potencial para propagarse rápidamente, sobre todo cuando los productos se intercambian sin problemas entre países, como ocurre dentro de la Unión Europea. Una vez más, por tanto, se demuestra que sólo podemos ocuparnos lo mejor posible de nuestra propia seguridad.

foto ojoimages

Recordando las normas de higiene, sensibilizando tanto a nuestros seres queridos como a todo el entorno en el que vivimos, podemos evitar las infecciones. Porque aún es posible desenvolverse con seguridad en un mundo lleno de bacterias. Lo que hace falta es saber cómo evitarlas.