Comer es uno de los mayores placeres de nuestra vida. Pero no sólo es un placer, también es el arte de proporcionar al cuerpo todos los ingredientes que necesita. Merece la pena darse cuenta de que lo que comemos tiene un gran impacto en nuestra salud tanto mental como física. Sólo tenemos que recordar algunas reglas para armonizar nuestro modo de vida con la alimentación de modo que formen un todo armónico.
1 Empiece con el desayuno.
Es importante empezar bien el día. El desayuno debe despertarnos, debe ser energizante. Evitemos los carbohidratos en el desayuno, ya que inducen a la somnolencia. Así que olvídese de las patatas, las empanadillas y los cruasanes. Un bol de fruta fresca o seca con yogur natural, tostadas integrales y un vaso de zumo, cereales multicereales con leche, fruta y frutos secos son una gran idea para un desayuno animado y saludable. Después de una comida así, estaremos recargados de energía durante varias horas.
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Estrés en el trabajo
Todos estamos expuestos al estrés de vez en cuando: es intrínseco a la vida moderna y no puede evitarse. Una dieta bien pensada nos proporcionará la energía - necesaria para afrontar la adversidad. En momentos de estrés o tensión, solemos recurrir a alimentos ricos en grasa y azúcar. Los dulces tienen un efecto calmante, ya que activan la insulina y aumentan los niveles de serotonina en el cerebro. Así que estemos preparados y tengamos a mano un supuesto tentempié antiestrés, por ejemplo, una bolsa con una mezcla de frutos secos en un cajón del escritorio. Este sencillo y sabroso tentempié no sólo aporta al organismo mucha energía y proteínas, sino que también tiene un efecto beneficioso sobre el corazón.
