Por ello, es importante limitar al máximo los comportamientos de riesgo y antisaludables para prevenir defectos y posibles complicaciones durante el embarazo. La adopción de una dieta adecuada que aporte nutrientes y vitaminas, y la posible administración de suplementos, también son importantes para el desarrollo del niño en el vientre materno. Una mujer embarazada también debe buscar atención sanitaria regular para controlar y eliminar los factores que puedan poner en riesgo al bebé[1].

Suponiendo que el embarazo vaya a producirse según lo previsto, la paciente que acuda al médico, durante el asesoramiento preconcepcional, deberá escuchar preguntas sobre la anticoncepción utilizada, enfermedades pasadas, defectos genéticos en la familia, cáncer, diabetes, pérdida del embarazo, hipertensión, enfermedades sistémicas (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares), enfermedades autoinmunes. El médico debe proporcionar información básica sobre el embarazo y su curso, el parto, el puerperio y sus efectos y complicaciones. También es aconsejable realizar análisis de sangre básicos, cualquier vacuna (rubeola o VH) y suplementos (por ejemplo, ácido fólico unos dos meses antes del embarazo previsto). La madre candidata debe recibir información sobre posibles cambios en su estilo de vida, como una dieta adecuada o el abandono de los estimulantes[2].

Es muy importante hacer un seguimiento de las citas. Estas citas deben realizarse tanto antes del embarazo como, sobre todo, durante el transcurso del mismo. El calendario de citas prenatales está estrictamente regulado para los embarazos normales y se mantiene informada a cada futura madre de su próxima cita. En caso de que el embarazo no vaya bien, además del calendario establecido de citas médicas, el ginecólogo-obstetra puede derivar a la paciente para que se someta a exámenes adicionales o para que consulte a otro especialista[3].

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Los exámenes biofísicos para controlar el curso del embarazo incluyen la cardiotocografía y la ecografía. La cardiotocografía sólo se realiza cuando está indicada, pero se recomienda realizar la ecografía tres veces entre las semanas 11 y 14 de gestación, antes de la semana 20 de gestación y, si está indicada, esta prueba también debe realizarse antes de la semana 10 de gestación[4].