No hace falta ser la directora del Vogue americano para saber que el cuidado de los tejidos es esencial. Todo lo que necesita es su propio estilo, unas cuantas prendas favoritas y el conocimiento de cómo cuidarlas. Lavar, secar y planchar. Estos tres pasos, dominados a la perfección, harán que cambiar de armario sea un placer y no una necesidad.

Primer paso - lavar

A todos nos ha ocurrido al menos una vez que una prenda se manchara, se estirara o encogiera durante el lavado. Lo más probable es que se debiera a que la temperatura del agua no se ajustaba al tipo de tejido. Conviene recordar que los tejidos delicados, como la seda o la lana, deben lavarse a mano con detergentes líquidos.

Tampoco deben dejarse en el agua más de unas horas. Algodón: el material en el que nuestro cuerpo "se siente" perfecto es menos sensible al lavado. Las camisetas o vestidos de algodón pueden lavarse en la lavadora, incluso a alta temperatura utilizando detergente en polvo.

Por desgracia, son las manchas difíciles las que nos quitan el sueño. Existen muchos quitamanchas en el mercado. Los más eficaces son los que contienen más oxígeno activo que el detergente en polvo. Sin embargo, no deben utilizarse directamente sobre botones y hebillas metálicos. También se desaconseja el uso de quitamanchas sobre lana, seda o cuero.

Segundo paso - el secado

Aunque las secadoras eléctricas facilitan increíblemente la vida, para los tejidos no son necesariamente la mejor opción. A menos que se trate de algodón. Una opción más segura, sin embargo, es el secado tradicional. Pero en este caso, necesita conocer algunos métodos probados para evitar que los tejidos se estiren, entre otras cosas. Para empezar, hay que sacudir bien la prenda.