La otoplastia es una intervención relacionada con las orejas, término utilizado para describir las operaciones que tienen por objeto corregir la forma de los pabellones auriculares. Se realiza en pacientes que han nacido con una anomalía en la forma de los pabellones auriculares, pero también en personas que han tenido alguna deformidad de estas estructuras a lo largo de su vida.
La otoplastia es un procedimiento que entra dentro del ámbito de la cirugía plástica. Existen varias razones para realizar este procedimiento, pero el motivo más común de interés por la otoplastia es la deformación congénita de los pabellones auriculares. La cirugía plástica de orejas se realiza con bastante frecuencia en niños, y algunos padres cuyos hijos tienen orejas excepcionalmente prominentes optan por este procedimiento.
A algunas personas les puede parecer que las orejas de soplillo son una nimiedad, pero conviene señalar que también existen defectos congénitos de las orejas más pronunciados. Entre ellos se incluyen la microcefalia (ausencia congénita de parte del pabellón auricular) o la anocefalia (falta total de desarrollo del oído externo), en cuyo caso la otoplastia puede permitir a los pacientes obtener pabellones auriculares con una estructura normal.
A veces, el aspecto de las orejas del paciente cambia a lo largo de su vida; un ejemplo de ello es la oreja en coliflor, un defecto asociado a traumatismos repetidos en el pabellón auricular (que se producen, por ejemplo, durante la práctica de deportes de contacto).
¿Y cómo funciona la otoplastia? Pues bien, el procedimiento puede desarrollarse de forma muy diferente en función del tipo exacto de defecto que deba corregirse. En general, sin embargo, la otoplastia se basa en modelar el tejido cartilaginoso del que depende principalmente el aspecto de los lóbulos de las orejas humanas. En los niños, la plastia de orejas se realiza más bien bajo anestesia general; en los adultos, el procedimiento se realiza a veces bajo anestesia local.