Hace tiempo que se sabe que ciertos problemas somáticos pueden aumentar el riesgo de trastornos mentales, por lo que no es de extrañar que, por ejemplo, la diabetes o un infarto aumenten el riesgo de depresión. De hecho, sin embargo, existen muchos más vínculos entre las afecciones orgánicas y los problemas mentales de lo que podríamos pensar. Según un estudio reciente en el que participaron ciudadanos taiwaneses, existe un vínculo entre las enfermedades alérgicas y el riesgo de trastornos mentales.
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