Muchas personas subestiman las hemorragias nasales, alegando que pueden ocurrirle a cualquiera. Podemos sangrar por delante o por detrás de la cavidad nasal.
Las hemorragias nasales pueden proceder de dos zonas:
- La sección anterior de la cavidad nasal (conocida como plexo vascular de Kisselbach), en este tipo de hemorragia la sangre sale por las fosas nasales, puede tratarse de una pequeña hemorragia o de una hemorragia profusa que ponga en peligro la vida de la persona.
- Cavidad nasal posterior, este tipo de hemorragia es menos frecuente y se asocia a hemoptisis, vómitos sanguinolentos o evacuación de heces alquitranadas y de color oscuro. Este tipo de hemorragia también pone en peligro la vida de la persona. En la mayoría de los casos, la hemorragia nasal adopta la forma de manchado leve, pero hay ocasiones en las que puede producirse una hemorragia muy intensa, que supone una amenaza para la salud y la vida.
La hemorragia suele producirse por una sola fosa nasal, rara vez por ambas y tiende a ser autolimitada. A veces, sin embargo, es necesaria la intervención médica.
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Diagnóstico y tratamiento de la hemorragia nasal
En el diagnóstico de las hemorragias nasales, es esencial establecer cuál es la causa inmediata de la hemorragia. Un historial detallado con el paciente y sus allegados desempeña un papel fundamental.
Se presta atención a:
- la edad del paciente
- la frecuencia e intensidad de la hemorragia, cuándo se produce, si se detiene espontáneamente,
- si el paciente padece alguna enfermedad,
- si está tomando medicación, etc.
A continuación se realiza un examen otorrinolaringológico y, en caso de duda, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas. El tratamiento de las hemorragias nasales tiene como objetivo detener la hemorragia. El tipo de tratamiento emprendido depende de la causa de la hemorragia.