A menudo a los padres les preocupa que su hijo desarrolle una carencia de hierro y la consiguiente anemia. Por este motivo -a menudo sin consultar al médico- deciden dar suplementos a su hijo. Además, en la dieta diaria no suelen faltar productos enriquecidos artificialmente con este elemento (por ejemplo, cereales o papillas). No obstante, conviene saber que puede producirse un exceso de hierro y que... ¡puede ser realmente peligroso! ¡puede ser realmente peligroso!
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