Las vitaminas desempeñan un papel importante en la patogénesis de las enfermedades mentales. Tanto su deficiencia como su exceso tienen un efecto perjudicial. En los países desarrollados, los síndromes carenciales son raros, pero la malabsorción gastrointestinal, el aumento de la ingesta o la nutrición unilateral resultante de las restricciones dietéticas impuestas pueden causar avitaminosis.
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