El estreñimiento habitual se define como el estreñimiento resultante de la abstención repetida y deliberada de evacuar las heces (defecación). Es uno de los mecanismos más comunes para el desarrollo del estreñimiento crónico en niños.
Síntomas y curso de la enfermedad estreñimiento habitual en niños
Los síntomas del estreñimiento habitual (a veces denominado "retención fecal funcional") pueden afectar a niños de prácticamente cualquier edad, desde bebés hasta adolescentes. El sustrato del trastorno es la evitación repetida de la defecación a pesar de la acumulación de masas fecales en el bulbo rectal. La causa es o bien el miedo al dolor asociado al paso de las masas fecales por el canal anal (típico en los niños más pequeños), o bien la retención consciente de las heces para defecar sólo en casa cuando el niño siente vergüenza o asco de utilizar el retrete en la guardería o el colegio.
Hay dos momentos típicos en la vida de un niño que suponen un riesgo de desarrollar estreñimiento habitual:
1) Empezar a aprender a evacuar conscientemente las heces en el orinal o en el retrete.
2) El comienzo de las clases en la guardería o en la escuela
El colon y el recto son capaces de adaptarse rápida y eficazmente al aumento de la retención de heces relajando el tono muscular intestinal y reduciendo la sensación de llenado rectal. Este mecanismo es muy útil cuando existe una necesidad incidental de detener la defecación, pero cuando un niño retiene heces con regularidad, esto conduce a una distensión rectal perpetuada, combinada con una disminución de la sensación de llenado intestinal.
Además, las heces retenidas durante demasiado tiempo se espesan aún más (el intestino grueso absorbe el agua de las heces de forma muy eficaz), provocando dolor al intentar defecar las heces compactadas, lo que supone un desincentivo adicional para que el niño utilice el retrete con regularidad.
En casos extremos, se produce una enorme distensión y anestesia del recto con una acumulación de masas fecales que irritan las paredes del intestino provocando un exudado líquido que sale del ano de forma incontrolada (ensuciamiento diario de la ropa interior). En esta fase de la enfermedad, el niño a menudo ya no es capaz de vaciar el recto por sí mismo y depende de infusiones rectales u otros laxantes.
Cuándo acudir al médico y tratar el estreñimiento habitual en niños
Se requiere el consejo de un pediatra o médico de cabecera para todos los niños con estreñimiento prolongado que no mejora a pesar del tratamiento dietético y la administración de ablandadores de heces sin receta (Lactulosa, Forlax). Especialmente alarmante es el estreñimiento en fase de dependencia del uso crónico de laxantes, o el estreñimiento combinado con ensuciamiento periódico de la ropa interior (defecación).
En muchos casos, el estreñimiento está causado por trastornos emocionales o disfunciones familiares (conflictos familiares, divorcio de los padres, familias que atraviesan graves problemas legales y financieros). En estos casos, es necesaria la atención continuada de un psicólogo o psiquiatra infantil.
En caso de estreñimiento habitual avanzado, el mejor método de tratamiento es la hospitalización para un desbridamiento único y radical del intestino grueso con la posterior aplicación de un tratamiento dietético y farmacológico para garantizar la soltura de la consistencia de las heces.
Este tipo de tratamiento ofrece la mejor oportunidad de recuperar rápidamente la sensibilidad y la contractilidad normales del íleon terminal, aunque debe subrayarse que en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento intensivo para mantener una consistencia de las heces ligeramente más suelta durante un máximo de 3 a 6 meses.
Como regla general, cuanto más tiempo lleven alojadas en el recto las masas fecales estreñidas, más tardará el intestino en recuperar su función normal. Si el paciente está hospitalizado, suele realizarse un examen radiológico (infusión intestinal) después de que el intestino se haya despejado. Este examen es necesario cuando se sospechan defectos anatómicos del intestino o cuando se sospecha de la llamada enfermedad de Hirschsprung.
Tratamiento estreñimiento habitual en niños
En el estreñimiento habitual, la base del tratamiento casero es el uso de ablandadores de heces para reducir al máximo el riesgo de dolor o molestias durante la defecación. El remedio más popular de este tipo es la lactulosa (Lactulosum, Duphalac, Normalac). En niños mayores, el Forlax da buenos resultados. Hay que recordar que la dosis mínima eficaz de lactulosa es de 1 ml por kg de peso corporal del niño al día (es decir, para un niño de 10 kg al menos 10 ml al día - por ejemplo, 2x5 ml).
En caso necesario, la dosis puede aumentarse hasta 3 ml/kg/día, es decir, en el ejemplo dado de un niño que pesa 10 kg, la dosis posible es incluso de 3x10 ml (total 30 ml al día). En los niños pequeños que están aprendiendo a defecar, es necesario crear una atmósfera de amabilidad y aprobación hacia el niño para que se sienta animado a defecar con regularidad. En un ambiente así, debe intentarse diariamente que el niño vaya al orinal o al retrete.
Además de los medicamentos para ablandar las heces, es aconsejable dar elogios o recompensas a cambio de una defecación exitosa y regular, de modo que la retroalimentación negativa (dolor que causa la abstención de la defecación) se sustituya por una retroalimentación positiva (heces sueltas expulsadas con facilidad + recompensa y buen ambiente en casa). . La repetición de tales tratamientos causa un gran trauma psicológico y produce un patrón de defecación anormal
Debe evitarse estimular la defecación con maniobras como la introducción de un dedo o un termómetro en el ano(se vuelve dependiente de este tipo de estimulación anal). En niños mayores, es aconsejable comunicarse con los profesores de la guardería o del colegio para reducir la reticencia del niño a utilizar el retrete fuera de casa.
A veces las objeciones del niño están justificadas, pero pueden corregirse fácilmente (por ejemplo, la falta de papel higiénico o que la puerta del retrete del colegio no cierre, etc.). El aumento de la actividad física es útil. A largo plazo, es importante acostumbrar al niño a una dieta sana con mucha fruta y verdura y cantidades adecuadas de líquidos (dieta rica en barritas).