Los ataques recurrentes de disnea son una parte típica del cuadro clínico del asma bronquial. Los ataques de disnea en el asma pueden estar desencadenados por factores muy diferentes. Suelen producirse por la noche y por la mañana.
Síntomas y curso de la enfermedad disnea asmática
La disnea asmática, a diferencia de la disnea laríngea, es una disnea espiratoria. Un niño con un ataque de asma no tiene problemas para tomar aire, mientras que la espiración es muy difícil.
Al intentar espirar, los bronquios se colapsan, lo que provoca lo que se conoce como prolongación de la espiración. Esto va acompañado de sibilancias, a menudo audibles al oído desnudo (jadeo). La disnea asmática suele ir acompañada de una tos seca e ineficaz.
El desencadenante de un ataque de disnea asmática puede ser una infección respiratoria, pero diversos estímulos inespecíficos, como la exposición a gases irritantes, incluido el humo del tabaco, el contacto con un alérgeno inhalante (polen, caspa de animales, polvo doméstico), el esfuerzo físico, la exposición repentina al aire frío y otros, suelen ser la causa de las exacerbaciones asmáticas.
Cuándo acudir al médico y tratar la disnea asmática
La disnea asmática es siempre una afección urgente que, en casos extremos, puede poner en peligro la vida del niño. Los pacientes asmáticos suelen tener experiencia en hacer frente a los ataques de disnea y disponen de la medicación necesaria en casa, pero si no hay mejoría tras el tratamiento estándar o si los síntomas progresan rápidamente, no dude en pedir ayuda médica profesional.
Tratamiento disnea asmática
La base del tratamiento de una crisis de disnea en el asma son los llamados fármacos beta-miméticos de acción corta, que todo paciente asmático tiene en caso de exacerbación de la enfermedad (Berotec, Salbutamol, Salamol, etc.). Se utilizan mejor por nebulización o inhalación.
También suele ser necesario aumentar la dosis de corticosteroides inhalados. Es importante recordar que la piedra angular de un tratamiento eficaz del asma es el tratamiento antiinflamatorio crónico, que debe prevenir las exacerbaciones. También es muy importante reducir al máximo la exposición a los irritantes ambientales de las vías respiratorias, especialmente el humo del tabaco.
Los ataques frecuentes de disnea deben ser una señal de que la prevención y el tratamiento aplicados al niño son insuficientes.