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vacunas 6en1: un pinchazo - mucha salud

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vacunas 6en1: un pinchazo - mucha salud

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La llegada de un niño al mundo supone un gran cambio para los nuevos padres. A partir de ahora, sus vidas girarán en torno a su pequeño ser humano. Y las decisiones sobre cómo alimentarlo, tratarlo y prevenir enfermedades pasarán a ser primordiales.

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Un recién nacido viene al mundo armado con la llamada inmunidad primaria, que le proporcionan los anticuerpos recibidos de la madre. Éstos lo protegen de las infecciones durante los tres primeros meses de vida. Más tarde, tras perder este paraguas protector, el diminuto organismo tiene que defenderse por sí mismo de virus y bacterias, aunque su sistema inmunitario aún no está lo suficientemente desarrollado como para hacerlo con eficacia. La formación de la inmunidad secundaria, que facilitará la lucha contra los microorganismos patógenos durante el resto de la vida, puede acelerarse administrando vacunas al niño pequeño (fuente: www.cmzdrowedziecko.com.pl/o-szczepieniach-dla-dzieci-szczepic-czy-nie-szczepic/).

¿Qué contienen las vacunas?

Las vacunas contienen virus y bacterias patógenos vivos o muertos (conocidos como antígenos). Los microorganismos vivos que se administran en los biopreparados están convenientemente atenuados para que no sean peligrosos y no causen enfermedades. El pediatra decide en cada caso si un niño puede ser vacunado. Algunos bebés pueden experimentar reacciones posvacunales: hinchazón, enrojecimiento, aumento de la temperatura. Éstas no son peligrosas y desaparecen al cabo de dos o tres días. Sólo en raras ocasiones son posibles reacciones graves a la vacunación. En tales casos, el médico puede decidir suspender la vacunación.

¿Cómo actúan las vacunas?

Cuando un niño recibe una vacuna en forma de virus y bacterias, su sistema inmunológico reacciona produciendo anticuerpos y combatiendo los organismos patógenos. De este modo, el cuerpo aprende a reconocerlos para que la próxima vez que se encuentre con gérmenes pueda proceder a combatirlos inmediatamente. Los anticuerpos permanecen en el organismo durante mucho tiempo, pero esto no siempre garantiza una inmunidad de por vida. Por eso es necesario repetir algunas vacunaciones. Esto protege no sólo a los niños vacunados, sino también a los que, por diversas razones, no pueden recibir los preparados.


foto: shutterstock

Gracias a las vacunaciones, algunas enfermedades han desaparecido por completo en las últimas décadas (por ejemplo, la viruela), mientras que la incidencia de otras, como el sarampión o la rubéola, ha disminuido considerablemente, y los epidemiólogos prevén que también puedan eliminarse en algún momento en el futuro (fuente: http://www.who.int/bulletin/volumes/86/2/07-040089/en/).