El mantenimiento del equilibrio en el sentido físico de la palabra viene determinado por una serie de factores, uno de los cuales es el correcto funcionamiento del sistema del equilibrio (sistema vestibular), que consta del vago, el nervio vestibular, el núcleo vestibular y las conexiones entre ellos en el cerebelo, el tronco encefálico y la corteza cerebral. Además, el órgano de la visión y toda la red de receptores sensoriales profundos, situados en articulaciones, tendones, músculos y ligamentos, de todo el cuerpo humano también son un componente del sistema del equilibrio.

Neurotransmisores

Tanto en el sistema nervioso central como en el periférico, se ha demostrado que existen varios tipos de sinapsis que proporcionan un medio de comunicación entre las neuronas. Estas diferencias se deben a las sustancias químicas específicas de cada tipo liberadas en las sinapsis tras la acción de un estímulo específico. Algunas liberan glutamato excitador, otras tienen un efecto inhibidor, como el ácido gamma-aminobutírico (GABA). Otros neurotransmisores son la serotonina, la dopamina, la norepinefrina y el triptófano.

Mareos: ¿cuál es la causa subyacente?

Muchas enfermedades diversas incluyen los mareos en su catálogo de síntomas. Esto se debe a que una alteración de incluso una pequeña zona del sistema del equilibrio provoca una alteración de su funcionamiento global, que se manifiesta precisamente a través de la sensación subjetiva de "mareo". No obstante, estos trastornos también pueden ser el resultado de daños en la morfología del sistema nervioso (tanto en el contexto del sistema central como del periférico). Sin embargo, las causas de los mareos varían en función de la edad del paciente. Según las investigaciones y las observaciones de los expertos, en los niños, las migrañas son la causa más común de vértigo, mientras que es menos frecuente que se produzcan como consecuencia de la epilepsia o la tortícolis. Además, también pueden estar causados por trastornos vegetativos o ser el resultado de la medicación.

Terapia

En la gran mayoría de los casos, el tratamiento del vértigo consiste en tomar la medicación adecuada, que a veces puede apoyarse con rehabilitación, psicoterapia, fisioterapia o cambios en el estilo de vida. Sin embargo, es muy importante determinar cuál es exactamente la causa del trastorno vertiginoso, por lo que son necesarias consultas multiespecialistas. En casos muy raros, se hace necesario un tratamiento quirúrgico.

Administración de medicación en la fase aguda de los trastornos vestibulares

La farmacoterapia sintomática se utiliza en función de la fase en la que se encuentre el vértigo. Cuando se trata de la fase aguda de los trastornos vestibulares, la medicación debe administrarse por vía parenteral (intravenosa), asegurándose de que el paciente está colocado en una posición segura y de que está tranquilo y calmado. También puede utilizarse medicación sintomática una vez superada la fase aguda del trastorno; sin embargo, es necesario limitar la duración de este tipo de terapia.

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Tratamiento conservador

Si se puede determinar la causa específica del mareo, lo que suele ser un procedimiento difícil y complicado, se puede aplicar una farmacoterapia conservadora, que se basa en nivelar la causa del trastorno.

El contexto cambia, sin embargo, si dirigimos nuestra atención al problema del vértigo en los niños, donde el tratamiento conservador es casi imposible y la terapia consiste únicamente en la administración sintomática de medicamentos y, a menudo, sólo en la observación del estado del niño.

Procedimientos quirúrgicos

Otro aspecto de la terapia en el curso del tratamiento del vértigo es el tratamiento quirúrgico, que se lleva a cabo en muy raras ocasiones y sólo en casos que suponen una amenaza inmediata para la vida y la salud del paciente.