Los maestros de escuela y de guardería deben recibir ayuda y asesoramiento para tratar el comportamiento de su hijo en la escuela o en el aula. Puede ser en forma de un dictamen escrito con recomendaciones sobre cómo tratar al niño, o de una formación sistemática impartida en el sistema sanitario, en el centro de asesoramiento psicopedagógico o por un psicólogo o educador escolar (siempre que tengan la formación adecuada). Las principales intervenciones que parecen necesarias en la escuela son cambiar la estructura de la clase y las exigencias a las que se somete al alumno (por ejemplo, sentar al niño cerca del profesor, acortar las tareas, intercalar las actividades de clase con ejercicio físico) e identificar las situaciones problemáticas y el comportamiento asociado del alumno.

En los niños, es importante estar informado sobre el diagnóstico, los síntomas asociados, la enseñanza para observar su comportamiento y cómo afrontarlo, esto es especialmente importante en los adolescentes.

2. Elementos de la psicoterapia conductual

El trabajo con los padres en forma de coaching parental o de intervenciones conductuales en el seno de la familia son métodos de eficacia probada en el tratamiento del TDAH y del trastorno hipercinético y del trastorno negativista desafiante.

Las intervenciones conductuales en la familia pueden ser llevadas a cabo por el clínico tratante en visitas terapéuticas o sesiones de psicoterapia individual, por un psicólogo en sesiones de asesoramiento psicológico o terapia individual, así como en terapia de grupo como coaching de padres. Las intervenciones conductuales también pueden llevarse a cabo en otros centros médicos o no médicos (por ejemplo, centros de asesoramiento psicológico-educativo, centros de apoyo familiar de distrito, ONG), siempre que cuenten con personal cualificado. La realización de intervenciones conductuales no requiere una formación psicoterapéutica completa y puede ser llevada a cabo por un psicólogo, un psiquiatra especializado en niños y adolescentes o un psiquiatra (también personas en curso de ambas especialidades) y otras personas siempre que hayan completado otra formación (pedagogos, terapeutas ocupacionales). La información sobre la realización de terapias conductuales o de formación para padres o terapia familiar, si se llevan a cabo en otra institución, debe registrarse en la historia clínica.

Las técnicas básicas recomendadas durante la terapia conductual incluyen:

• prestar atención positiva al comportamiento deseado y al cumplimiento,
• dar órdenes de forma más eficaz
• extraer consecuencias negativas cuando se produzca un comportamiento problemático.

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El terapeuta también tiene la tarea de ayudar a los padres a identificar situaciones problemáticas específicas y a seleccionar las técnicas adecuadas. A menudo, en las familias de niños con TDAH hay incoherencia en el uso de castigos por comportamientos indeseables y recompensas por comportamientos deseables. Cuando predominan los comportamientos negativos en la relación padre-hijo, deben ampliarse las habilidades parentales durante las sesiones de terapia. Debe enseñarse a los padres formas adecuadas de dar órdenes y establecer normas (por ejemplo, mantener el contacto visual con el niño, dar un número reducido de órdenes a la vez, formular las órdenes sin utilizar la negación) y prestar una atención positiva cuando el niño siga las normas. Pueden utilizarse sistemas de fichas para reforzar el comportamiento adecuado. Como parte de las intervenciones conductuales, debe aplicarse junto con los padres un sistema de consecuencias negativas proporcional a la mala conducta. En casos de disfunción manifiesta en el sistema familiar, la aplicación de intervenciones conductuales debe ir precedida de terapia familiar, y es posible llevar a cabo intervenciones conductuales como parte de la terapia familiar.