Queda por decidir si acudir a un salón de peluquería o hacer el tratamiento en casa. Los tintes que podemos conseguir en las droguerías están preparados para el autotratamiento. Vienen con guantes de papel de aluminio, instrucciones detalladas y el envase está diseñado para facilitar la combinación de los ingredientes. Así que para una coloración monocolor, podemos hacerlo nosotras mismas o con la ayuda de una segunda persona. Sin embargo, si nuestra coloración implica dos colores o más, es mejor confiarla a las manos de un especialista. Lo mismo se aplica a los tratamientos complicados como las mechas o el balayage.

Hay que tener en cuenta algunas reglas antes de hacerlo en casa. Si es la primera vez que utiliza un tinte capilar de una empresa determinada, haga una prueba de alergia. Unas horas antes de aplicar el tinte, frote un poco en un lugar poco visible cerca del cuero cabelludo (por ejemplo, detrás de la oreja). Después espere y compruebe si se produce algún efecto adverso.

Además, es conveniente llevar ropa adecuada en caso de mancharse. También es buena idea proteger la zona donde se realiza el trabajo, para que la pintura que caiga no dañe los muebles u otros accesorios de la habitación. Es importante tener cuidado y seguir todas las instrucciones del manual de instrucciones incluido en el envase.

La tecnología moderna y una multitud de productos hacen que cada vez sea menos probable que nuestro cabello se dañe al teñirlo. Así que si queremos probar algo nuevo, el camino a seguir. Teñirse el pelo es un placer que puede permitirse.