Cuando la idea del cambio entra en su mente, el cabello es lo primero. Una visita a la peluquería le relaja y un nuevo look le da fuerza e inspiración.
Incluso se suele comparar al peluquero con una especie de terapeuta que no sólo escucha nuestros problemas, sino que también nos da consejos. Cuando estas prácticas se vuelven demasiado frecuentes, puede que pronto no quede nada que cortar. Por eso merece la pena pensar en un cambio de color.
Cada vez es más raro encontrar a una mujer con el color de pelo natural. Por muchas razones, las mujeres optan cada vez más por la coloración. ¿Por qué? En primer lugar, es la mejor forma de cubrir las canas incipientes. De este modo, la mujer quiere prolongar su aspecto juvenil y atractivo. La segunda razón es la insatisfacción con el propio color. Es demasiado claro, demasiado oscuro o demasiado soso.... A veces la coloración es una forma de hacer una metamorfosis. La mayoría de las veces, cuando existe la necesidad de un cambio radical en nuestras vidas.
En el mercado disponemos de una gran variedad de marcas, colores y tipos de pintura. Por eso, decidirse por la pintura adecuada no es nada fácil. En primer lugar, debemos considerar qué tipo de coloración preferimos. Si sólo queremos hacer una prueba, podemos optar por medios no permanentes, entre ellos: champús, espumas, geles y sprays. El nuevo color durará hasta unos pocos lavados. El siguiente medio es la coloración semipermanente, que no daña la estructura del cabello, pero debe repetirse al cabo de un mes aproximadamente. Los tintes permanentes son la opción más común. Se trata de la interferencia más grave con el color natural y, por tanto, conlleva el mayor riesgo de dañar el cabello.
El color en sí también es una elección difícil. Debe adaptarse no sólo al color natural, sino también al tipo de belleza. Si se desea aclarar el cabello oscuro, antes de la coloración deben utilizarse agentes decolorantes. El color de la piel y de los ojos desempeña un papel importante. Para la piel pálida, no se recomiendan los colores demasiado oscuros para no acentuar el contraste. Por otro lado, a las personas de tez oscura y ojos marrones o verdes les pueden sentar mal los tonos rubios.