Para muchos padres, no hay nada más frustrante que otra baja por enfermedad, clases canceladas o guardias nocturnas con un termómetro en la mano. Goteo nasal, tos, fiebre: apenas se ha recuperado el niño y ya aparece otra infección. La pregunta "¿sigue enfermando mi hijo?" se vuelve entonces no sólo retórica, sino también llena de ansiedad.
Publicidad: