Desde hace varios años, en la medicina estética se investiga intensamente el uso de trasplantes de células propias para "rejuvenecer" la piel. Durante el Congreso Internacional de Medicina Estética y Antienvejecimiento de este año, celebrado en septiembre en Varsovia, se dedicó una atención considerable a este tema. ¿Por qué este método nos parece tan interesante a los médicos?
El mayor potencial de este tipo de tratamiento es sin duda la posibilidad de congelar las células cultivadas. Tras el tratamiento, las células restantes pueden congelarse y almacenarse durante años para tratamientos posteriores. En mi opinión, los mejores resultados los obtendrán los pacientes que se sometan al procedimiento de tomar una rodaja de piel y congelar los fibroblastos lo antes posible, porque de esta forma, años después, las células de la piel joven se inyectarán en la piel madura.
Foto: Imagen microscópica de piel humana - los fibroblastos que producen nuevas moléculas de colágeno (procolágeno) están teñidos de marrón.
Es importante recordar que las células también envejecen, no sólo como resultado de factores dañinos como la radiación UV, sino también simplemente como resultado de sufrir divisiones sucesivas. La piel, como cualquier otro órgano, es una estructura dinámica, es decir, se remodela y renueva constantemente.
Por lo tanto, con el paso del tiempo, los fibroblastos de la piel envejecen, disminuye su capacidad de dividirse para producir nuevas células y también disminuye su capacidad de sintetizar colágeno y elastina. El resultado es un adelgazamiento de la piel y una disminución de su elasticidad, que se manifiesta en la formación de surcos y arrugas. Por eso veo tanto potencial en los biobancos de células cutáneas jóvenes.
Los últimos años han demostrado que una de las principales líneas de investigación de nuevos tratamientos para muchas enfermedades y procesos degenerativos (incluidos los derivados del envejecimiento) debe ser el estudio de la biología de las células madre. De forma muy general, existen dos tipos de células madre: las poco diferenciadas, que pueden ser precursoras de diversos tejidos y órganos, y las especializadas, que sólo forman un tipo específico de tejido.
Las de mayor interés clínico son estas células poco diferenciadas. Sin embargo, hasta ahora, la única fuente de este tipo de células podían ser los embriones, lo que, por diversas razones, entre ellas éticas, ha supuesto un impedimento fundamental para el desarrollo de la medicina regenerativa basada en células madre. Recientemente, se ha demostrado que en la piel están presentes varios tipos diferentes de células madre, incluidas las células poco diferenciadas. Los estudios in vitro e in vivo han producido resultados tan espectaculares como la clonación de ratones a partir de células de la piel, la obtención de células alfa de islotes pancreáticos productoras de insulina a partir de células de la piel y la integración de células madre de la piel en la regeneración del sistema nervioso.