Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia es un conjunto de síntomas causados por una enfermedad cerebral, generalmente crónica o progresiva, caracterizada clínicamente por múltiples alteraciones de las funciones corticales superiores como la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, la competencia lingüística y la crítica.
Además de los procesos patológicos mencionados, la demencia también va acompañada de otras afecciones, éstas son:
- tumores y otros tumores cerebrales
- trastornos metabólicos como enfermedad tiroidea, enfermedad de Cushing, enfermedad de Addison, insuficiencia hepática o renal
- carencias de vitamina B, deficiencias nutricionales complejas o carencias debidas a enfermedades parasitarias
- neuroinfecciones bacterianas, parasitarias, fúngicas o víricas (incluido el VIH)
- efectos secundarios de medicamentos, sobre todo psicotrópicos, anticonvulsivos, anestésicos generales, antiarrítmicos
- trastornos mentales, principalmente esquizofrenia y depresión
- enfermedades autoinmunes, por ejemplo lupus sistémico, vasculitis, esclerosis múltiple
- exposición crónica a toxinas: alcohol, metales pesados, disolventes, pesticidas
- hidrocefalia, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, síndrome de apnea nocturna
Diagnóstico de la demencia y determinación de la causa
Para el diagnóstico de la demencia es crucial el hallazgo de deterioro cognitivo y síntomas asociados, como trastornos del comportamiento o psicosis. Los exámenes de neuroimagen - resonancia magnética o tomografía computarizada - también se utilizan en todos los casos de demencia. El principal objetivo de la realización de estos exámenes es excluir lesiones potencialmente reversibles como tumores cerebrales, hematomas o hidrocefalia normotensiva.
foto ojoimages
Además de los exámenes de neuroimagen para la detección de cambios demenciales potencialmente reversibles, existen pruebas de morfología sanguínea, pruebas bioquímicas de la función hepática y renal, pruebas de ETH, vitamina B12 y pruebas serológicas para detectar infecciones del sistema nervioso central.
Diferenciación de la demencia
En la fase inicial, debe determinarse si se trata efectivamente de una demencia debida a un daño cerebral orgánico o a un déficit cognitivo potencialmente reversible. Deben excluirse la depresión, los trastornos de ansiedad, el abuso de sustancias o la psicosis. El siguiente paso es diferenciar entre demencia degenerativa y vascular. La demencia degenerativa primaria tiene aspectos clínicos característicos, como la edad de inicio, la velocidad de progresión de los síntomas, los síntomas neurológicos asociados y las alteraciones del comportamiento.
En la mayoría de los casos, el diagnóstico clínico es probable o sólo posible, mientras que el diagnóstico definitivo sólo suele ser posible sobre la base de un examen neuropatológico.