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Puntos de vista actuales sobre el tratamiento de los síndromes espinales agudos

Magdalena Boczarska-Jedynak, MD

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Puntos de vista actuales sobre el tratamiento de los síndromes espinales agudos

panthermedia

Dolor espinal

El autor presenta una visión general de los conocimientos actuales sobre la sintomatología, el diagnóstico y la terapia de los síndromes dolorosos agudos relacionados con la columna vertebral.

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Definiciones y nomenclatura: el síndrome de dolor espinal agudo es una de las razones más comunes para buscar atención médica de un especialista en neurología.

La lumbalgia aguda se define como el dolor que dura hasta seis semanas, la lumbalgia subaguda como el dolor que dura hasta tres meses y la lumbalgia recurrente como cualquier nuevo episodio de dolor tras un periodo de remisión de seis meses.
El dolor lumbar puede dividirse en:
  1. Dolor potencialmente relacionado con una patología grave en el canal espinal (proceso proliferativo [npl] - 0,7%, fractura por compresión espinal - 4%, infección - 0,01%).
  2. Dolor potencialmente derivado de discopatía y/o radiculopatía (espondilosis - 0,3-5%, discopatía-3-4%).
  3. Dolor inespecífico del segmento L-S.
Un riesgo significativo de patología grave del canal espinal viene indicado por los siguientes signos clínicos (banderas rojas):
  • inicio de los síntomas < 20 r.ż lub > 55 años,
  • antecedentes de traumatismo,
  • progresión constante de los síntomas,
  • dolor torácico,
  • antecedentes de npl,
  • terapia esteroidea de larga duración,
  • dependencia de medicamentos, drogas, VIH,
  • pérdida de peso,
  • síntomas neurológicos difusos,
  • cambios estructurales prominentes de la columna vertebral,
  • fiebre.
También existen las llamadas banderas amarillas, factores que aumentan significativamente el riesgo de perpetuación del dolor y de discapacidad crónica (aspectos psicosociales). Los pacientes con percepción e imaginación anormales del dolor, comportamiento anormal ante el dolor (evitación de la actividad física, miedo al dolor), problemas ocupacionales e insatisfacción laboral, así como trastornos emocionales -depresión, ansiedad, estrés y aislamiento social- corren un riesgo especial.