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Pequeño sonámbulo - sonambulismo en niños

Pequeño sonámbulo - sonambulismo en niños

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El sueño en los niños

El sonambulismo (sonambulismo, sonambulismo) en niños no es un trastorno infrecuente. El grupo más numeroso es el de los niños en edad preescolar y principios de la escuela primaria. El episodio consiste en levantarse de la cama (sin interrumpir el sueño), moverse y realizar diversas actividades. Durante un episodio, suele haber alteración de la conciencia, alteración del contacto y dificultad para despertar al niño. En la mayoría de los casos, el trastorno desaparece con la edad.

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Desde la consulta del pediatra...

Hace poco me preocupé mucho porque anoche mi hijo, Emil, se levantó de la cuna, fue a la planta baja e intentó abrir la puerta principal cerrada con llave. Mi marido y yo nos despertamos cuando oímos ruidos procedentes de la planta baja. El hijo estaba de pie delante de la puerta e intentaba abrirla. Cuando intenté apartarle de la puerta, se mostró muy alterado y ansioso. Cuando consegu í"despertarle" dijo que no sabía qué había pasado y por qué había bajado. Mi marido y yo estábamos alterados y confusos. Decidimos que necesitábamos consultar a un médico. En las últimas semanas, por casualidad, se levantó de la cama, caminó por la habitación y luego se quedó sin sentido, como ausente. La primera vez intenté despertarle rápidamente de este estado, pero reaccionó con ansiedad y rabia, tenía los ojos abiertos, pero no podía comunicarme con él. Esta visión me horrorizaba.

Sonambulismo (sonambulismo) en pediatría

Se trata de un trastorno que consiste en que el paciente abandone la cama, se desplace, salga de casa, realice actividades a veces complejas sin interrumpir la fase de sueño. El sonambulismo se produce durante el sueño profundo, en un estado de conciencia nula o limitada. Durante el episodio es posible hablar con el paciente, que no suele recordar después de despertarse. El sonambulismo lo experimentan hasta el 5-15% de los niños y adolescentes. Normalmente, la mayor gravedad de los episodios se produce durante el desarrollo fuerte, mientras que en la mayoría los síntomas se resuelven en la edad adulta. El sonambulismo puede conllevar comportamientos peligrosos e involuntarios como asomarse a las ventanas, salir de casa con ropa inadecuada para el tiempo que hace fuera, lesiones accidentales y daños corporales. Además, el sonambulismo puede afectar a la calidad del sueño, a la concentración durante el día y a la necesidad de dormir durante el día debido a la fatiga y al sueño ineficaz durante la noche.

¿Cómo es un episodio de sonambulismo?

Normalmente, el niño se despierta entre 2 y 4 horas después de haberse dormido, se sienta en la cama, se levanta, se mueve por la habitación/apartamento y puede realizar una serie de actividades simples o complejas (por ejemplo, orinar en lugares no previstos). Durante un episodio, el niño suele estar confuso, "ausente", no responde al tacto o reacciona con ansiedad o incluso agresividad, el habla es desorganizada e incomprensible. La duración de un episodio de este tipo puede variar, pero no suele superar una hora. Los padres están preocupados por el estado de su hijo, informan de que durante el episodio el niño es "diferente" a como es normalmente, a menudo la visión de un niño sonámbulo les produce ansiedad, por lo que se apresuran a intentar romper el estado tratando de despertarlo. Sin embargo, no siempre es una tarea fácil, puede llevar varios minutos, y los niños suelen reaccionar con huidas o agresividad como respuesta. Una vez que se ha conseguido despertar al niño, éste se muestra confuso pero normalmente tranquilo y da la impresión de que no sabe lo que ha ocurrido. El episodio suele ir seguido de un olvido total o parcial.

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foto: panthermedia

¿Antecedentes familiares de sonambulismo?

Las investigaciones indican que el sonambulismo tiene una base genética. Hasta un 47% (un progenitor) y un 62% (ambos progenitores) presentan el trastorno en niños en los que uno o ambos progenitores experimentan episodios de sonambulismo. Los estudios en gemelos también apoyan la teoría de una base genética. En gemelos monocigóticos, el riesgo de episodios es una vez y media mayor que en gemelos dicigóticos. La aparición de episodios de sonambulismo está muy influida por el entorno y los factores ambientales. El ruido, la irregularidad de los ciclos de sueño, las situaciones estresantes y familiares, dormirse justo después de un esfuerzo físico o con una tensión emocional elevada pueden desencadenar la aparición del sonambulismo. Ciertos medicamentos también pueden ser factores de riesgo, entre ellos los fármacos psiquiátricos (paroxetina, quetiapina, zolpidem, desipramina, litio, olanzapina, bupropión) y el propranolol, el topiramato. El alcohol también puede iniciar episodios de sonambulismo.

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¿Tratamiento o anticipación?

Por lo general, una actitud de espera paciente es hasta cierto punto una forma de tratamiento para el sonambulismo. La psicoeducación de los padres e instruirles sobre cómo reaccionar durante los episodios desempeña un papel importante. El lugar donde duerme el niño debe adaptarse y asegurarse para minimizar el riesgo de lesiones durante un episodio. Las ventanas deben tener instaladas manillas especiales para evitar que se abran entreabiertas. La cama debe tener una base baja o el propio colchón, todos los objetos del suelo deben estar ordenados para que el niño no tropiece. Durante un episodio, lo mejor es acompañar al niño, no despertarle bruscamente y, con calma, intentar conducirle de nuevo a la cama. Debe tenerse en cuenta una higiene del sueño adecuada. El niño debe acostarse a una hora fija, dormirse en un solo lugar, tener la vejiga vacía antes de acostarse, dormirse en paz. Debe limitarse el visionado de dibujos animados antes de acostarse, que pueden desencadenar emociones fuertes. La farmacoterapia para el sonambulismo en niños es poco conocida y rara vez se utiliza debido a la naturaleza transitoria del trastorno. Una buena idea es el método conductual, que consiste en despertar al niño 10-15 min antes de la hora típica de inicio del episodio. Mantener al niño despierto durante unos minutos, manteniéndolo despierto. A continuación, permitir que el niño se duerma. En caso de crisis agravadas y frecuentes, es necesario consultar a un psiquiatra o a un neurólogo en una clínica de trastornos del sueño. La psicoeducación de los padres es muy importante para reducir el estrés y la tensión, que pueden afectar fuertemente al niño. Diversas formas de juego con el niño son importantes para aliviar la tensión y hablar de las propias emociones.