Cualquier momento es bueno para cuidar la salud. Una vez al año, deberíamos hacernos un chequeo periódico y ver en qué estado se encuentra nuestro cuerpo. ¿Nos pasa algo o nos acecha alguna enfermedad que podamos tratar en una fase temprana? Algunas enfermedades crónicas pueden no dar señales claras al principio, pero tienen complicaciones peligrosas. Por ejemplo, la hipertensión, que también tiene una forma farmacorresistente -si no se trata- aumenta el riesgo de infarto, cardiopatía y enfermedad renal.
Otro valor diagnóstico que debe conocerse es el nivel de colesterol. Una concentración de colesterol total de 190 mg/dl se considera normal. También es importante la fracción de colesterol - LDL, la norma en una persona sana es de hasta unos 115 mg/dl. En cambio, para la fracción HDL (el llamado colesterol bueno), el nivel en una mujer sana no debe ser inferior a aprox. 45 mg/dl y en un hombre no inferior a 40 mg/dl. Niveles de triglicéridos: lo normal es hasta unos 150 mg/dl. Lo mejor es consultar los resultados del colesterol con un médico, que determinará con precisión si nuestras pruebas en relación con nuestro estado de salud son correctas y, en caso contrario, nos dará las recomendaciones y la medicación adecuadas. Como norma, una persona sana debe someterse a una prueba de colesterol una vez cada tres años; en casos individuales, el médico puede ordenar este diagnóstico con mayor frecuencia.
Otra cifra importante para la salud es el nivel de azúcar en sangre (concentración de glucosa). Esta prueba ayuda a diagnosticar la diabetes no detectada. La diabetes se diagnostica cuando el nivel de glucosa en sangre en ayunas es superior a 126 mg/dl. Los niveles de glucosa inferiores a 55 mg/dl indican hipoglucemia (hipoglucemia). La interpretación de las mediciones requiere la consulta de un médico, ya que los resultados de la prueba deben relacionarse con la salud y la edad del individuo.
Los niveles de azúcar en sangre deben analizarse cada año. Otras pruebas, morfología (análisis básico de sangre) y VSG (ayuda a comprobar si hay inflamación en el organismo) y análisis de orina, deben realizarse una vez al año. Los resultados obtenidos de los diagnósticos: tensión arterial, colesterol, azúcar, morfología y VSG son cifras relevantes para la salud a partir de las cuales podemos evaluar nuestro estado o detectar posibles enfermedades. Por lo tanto, debemos acordarnos de actualizar estas mediciones una vez al año. Es un pequeño esfuerzo que puede garantizar eficazmente que el año siguiente no nos depare sorpresas desagradables.
