Las cifras relevantes para la salud son los resultados de pruebas como la tensión arterial, el colesterol, el azúcar, la morfología y la VSG. La tensión arterial de una persona sana debe medirse al menos una vez cada seis meses, la de los enfermos mucho más a menudo, incluso dos veces al día, según las indicaciones del médico. Los valores normales de tensión arterial son 120 mmHg, presión sistólica/ 80 mmHg presión diastólica, hablamos de hipertensión cuando el resultado es superior a 140/90. La hipertensión es llamada el asesino silencioso. Muchas personas no saben que tienen una tensión arterial anormal porque no sienten sus síntomas y no comprueban este parámetro. Y esto es un error.

La hipertensión no tratada aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca, infarto de miocardio y enfermedad renal. Si nuestras lecturas de la tensión arterial son anormales, debemos ponernos en contacto con nuestro médico, que evaluará la progresión de la enfermedad y recomendará el tratamiento adecuado. En el tratamiento de la hipertensión, también es importante cambiar nuestros hábitos por otros saludables, es decir, una dieta sana con bajo consumo de sal, además de actividad física y evitar el alcohol y los cigarrillos. Si, a pesar de un estilo de vida saludable y de un tratamiento con al menos tres fármacos debidamente combinados, incluido un diurético, la terapia no funciona, hablamos de hipertensión resistente. Se trata de una forma muy peligrosa de la enfermedad, diagnosticada cada vez con más frecuencia también en Polonia. Los especialistas estiman que en aproximadamente 120 millones de pacientes hipertensos de todo el mundo, la enfermedad se considera mal controlada. La mayoría de los pacientes con hipertensión no controlada toman de tres a cinco medicamentos para la hipertensión, pero esto no siempre surte efecto. Afortunadamente, la medicina moderna también encuentra una receta para esto. Entre otras cosas, los pacientes pueden beneficiarse de una terapia innovadora como la denervación renal. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo; el médico introduce un pequeño catéter en la arteria femoral de la parte superior del muslo y lo inyecta sucesivamente en ambas arterias renales.

Una vez colocada la punta del catéter en el lugar adecuado de la arteria renal, se enciende un generador especial que suministra energía en forma de ondas de radio de bajo voltaje, estrechamente controladas por un algoritmo diseñado para desactivar las fibras nerviosas más cercanas. Esto conduce a una reducción de la excitabilidad excesiva del sistema nervioso simpático, que es uno de los principales responsables de la hipertensión crónica. Estos procedimientos ya se realizan en más de 80 países de todo el mundo, incluida Polonia, en hospitales seleccionados .