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Lesiones y enfermedades de las cuerdas vocales

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Lesiones y enfermedades de las cuerdas vocales

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Examen de la garganta por un médico AP

Las lesiones del tracto vocal, en particular de las cuerdas vocales, se producen en la gran mayoría de las personas cuyo trabajo requiere el uso y la emisión de la voz. Las alteraciones provocadas por diversos factores pueden interferir en el funcionamiento normal del órgano del habla, y una intervención y diagnóstico tardíos pueden conducir al desarrollo de lesiones neoplásicas. Un diagnóstico diferencial adecuado es un elemento muy importante, sobre todo teniendo en cuenta la prevención en las personas del grupo de riesgo.

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Los quistes deretención surgen por una acumulación patológica de mucosidad espesa, en la glándula mucosa, que da lugar a un pliegue vocal marcadamente elevado. Un rasgo característico de los quistes es su localización, es decir, que se producen en la parte superior de la cuerda vocal, a diferencia de otras lesiones patológicas que se producen en esta zona. Los quistes no suelen aparecer en los bordes libres de las cuerdas vocales y, como no producen síntomas muy significativos, su detección suele producirse en una fase muy tardía de su desarrollo.

La proliferación patológica del epitelio escamoso, con presencia de inflamación y displasia epitelial, es la causa de los papilomas en las cuerdas vocales. Se trata de un problema común en los fumadores compulsivos y, como cualquier otro problema, no debe subestimarse. Un papiloma, si provoca una reacción del revestimiento y presenta rasgos de displasia, debe tratarse como una afección precancerosa, ya que, según las observaciones de los especialistas, este tipo de lesión se convierte en maligna en aproximadamente el 5% de los casos.

Otro tipo de trastorno asociado a las anomalías de las cuerdas vocales es la inflamación crónica de la mucosa laríngea.

Lesiones precancerosas

Los carcinomas de células escamosas de cabeza y cuello surgen de lesiones preneoplásicas hasta en un 20% de los casos. De ahí que la prevención y la intervención precoz en caso de anomalías sean de gran importancia. El riesgo de su aparición se ve agravado por el hecho de que pueden desarrollarse durante un periodo de tiempo muy largo de forma totalmente asintomática, de modo que cuando se detectan ya se encuentran en una fase avanzada de desarrollo. Según las directrices de la OMS, una lesión que represente un mayor riesgo en términos de estrabismogénesis debe definirse como lesión preneoplásica.


foto: pantherstock

Sin embargo, un diagnóstico diferencial correcto plantea muchos problemas. Esto se debe al hecho de que la superficie del tracto vocal, incluidos los pliegues vocales, está cubierta por epitelio escamoso estratificado, que está queratinizado.

Como resultado de la exposición a una serie de factores irritantes, puede producirse una displasia de las células epiteliales de las cuerdas vocales. Estos factores pueden incluir el humo, la inhalación de sustancias químicas, un esfuerzo vocal importante, una permeabilidad nasal deficiente, secreciones excesivas o enfermedad por reflujo.

La displasia, por su parte, se refiere a la maduración anormal del epitelio, que provoca un cambio en la citoarquitectura de las células de la mucosa, es decir, su crecimiento, apiñamiento y, como resultado, cambios patológicos en el grosor del epitelio. Se puede hablar de varias fases de displasia, en función del grosor de la mucosa, que van desde la displasia de bajo grado, pasando por la displasia de alto grado, el carcinoma preinvasivo, hasta las lesiones que se diagnostican como carcinoma invasivo. [2]