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Úlceras por presión

doctora. Paulina Cichon

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Úlceras por presión

Panthermedia

Persona mayor

El problema de las úlceras por presión afecta principalmente a pacientes inmóviles que pasan la mayor parte del día en una misma posición. Los pacientes de riesgo son los que se encuentran en unidades de cuidados intensivos, salas ortopédicas, con lesiones múltiples, déficits neurológicos, pacientes en fase terminal de cáncer, caquexia, bajo cuidados paliativos. Debido a la gravedad del problema de las úlceras por presión y a las dificultades terapéuticas, requieren cuidados constantes por parte de personal médico especializado, medidas preventivas combinadas y una gestión terapéutica eficaz y meditada.

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Prevención

La profilaxis contra las úlceras de decúbito debe aplicarse en todos los pacientes de riesgo - con riesgo de inmovilización prolongada, encamados, en malas condiciones físicas que impidan el movimiento independiente - incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas de la fase inicial de las úlceras de decúbito. Es extremadamente importante observar al paciente, examinando cuidadosamente todo el cuerpo a diario.

Una vez observados los síntomas de la fase inicial de las úlceras por presión, es decir, enrojecimiento de la piel que no desaparece tras liberar la presión del dedo que examina, cambios más avanzados -ampollas cutáneas y epidérmicas, abrasiones superficiales y maceración de la epidermis en los lugares de mayor presión gravitacional-, deben ponerse en marcha acciones, no tanto preventivas, sino terapéuticas.
Se hace especial hincapié en la higiene adecuada del paciente. Todo el cuerpo debe lavarse a fondo al menos una vez al día, prestando especial atención a los pliegues cutáneos, la zona perineal y el ano, y tras el lavado, secarse. El aseo es el momento ideal para examinar la piel -cada centímetro, con especial atención a las zonas con mayor riesgo de desarrollar úlceras por presión, pero no sólo- para no pasar por alto el inicio del proceso localizado de úlceras por presión en zonas no predispuestas. Además del lavado, es esencial la lubricación con productos dedicados a la piel con riesgo de desarrollar úlceras por presión. Deben lubricar la piel y evitar que se seque en exceso, aliviar los daños ya formados en la epidermis, calmar la irritación, suavizarla y hacerla más elástica. Los productos para el cuidado de la piel deben contener sustancias que estimulen la renovación de la epidermis; lo ideal es que el pH del producto sea neutro para la piel y que no contenga colorantes artificiales, fragancias, conservantes ni parabenos. Deben utilizarse con regularidad, después de cada lavado (aceites, lociones), e idealmente deben tener un efecto antibacteriano. También es importante mantener cortas las uñas del paciente. La ropa que lleve el paciente debe ser preferiblemente de tejidos naturales y suaves, sin costuras gruesas ni elementos que irriten la piel (por ejemplo, cuellos duros, puños, bandas elásticas). Incluso cuando el paciente esté tumbado, el calzado debe ajustarse perfectamente a la forma del pie, ser cómodo y no ejercer presión.

Ladieta de un paciente con escaras no debe carecer de proteínas completas, vitaminas y sales minerales. Estas proteínas garantizan la correcta regeneración de los tejidos dañados, reforzando la inmunidad general y local, además de fortalecer los músculos, cuya actividad ayuda en la lucha activa contra las escaras.

Elhogar de un enfermo crónico con escaras, al igual que la habitación del hospital, debe estar equipado con muebles cómodos y adaptados a las necesidades del paciente. Siempre que sea posible, la cama debe tener un colchón antiescaras. La habitación del paciente debe estar equipada con material útil para el paciente y sus cuidadores que facilite la rehabilitación y el funcionamiento diario (pasamanos, cuerdas, asideros). La ropa de cama debe cambiarse con frecuencia (preferiblemente a diario, si el paciente está contaminado - según sea necesario), bien seca, no manchada, sin costuras ni botones duros. Se recomiendan los textiles de piel de oveja - crea una superficie suave que da al paciente una sensación de comodidad, evita la presión en las partes del cuerpo con mayor contacto con el suelo, elimina la fricción, proporciona una adecuada humedad de la piel y acceso al aire fresco.


foto: panthermedia

Como el mecanismo de las úlceras por presión se centra principalmente en la presión permanente sobre una zona del cuerpo, la prevención de las úlceras por presión debe tener en cuenta la necesidad de cambios frecuentes y regulares de la posición del cuerpo - cada 2 - 3 horas. Además, se recomiendan tratamientos para mejorar el riego sanguíneo de la piel realizados por fisioterapeutas cualificados o formados por ellos a domicilio: masajes ligeros, palmaditas. Además, se hace hincapié en la mejora del paciente, los procedimientos de rehabilitación: ejercicios pasivos para las partes del cuerpo paralizadas, ejercicios activos para los pacientes con más movilidad, realizados regularmente con la ayuda de un fisioterapeuta y un fisioterapeuta formado para trabajar con este tipo de pacientes.

En el mercado existen diversos medios auxiliares para la prevención de las úlceras por presión. Entre ellos se encuentran los cojines antiescaras que reducen la presión en las zonas del cuerpo sometidas a tensión, los discos antiescaras (occipucio, codos, rodillas, talones), los cojines de esponja (nalgas y caderas). Los cojines neumáticos utilizados en la zona de los glúteos evitan la presión excesiva sobre las tuberosidades isquiáticas, garantizan una mejor circulación sanguínea y, gracias a su diseño, se adaptan perfectamente a la forma del cuerpo del paciente.

Para la higiene diaria y los cambios frecuentes de posición, especialmente en pacientes con parálisis o paresia de las extremidades, se recomienda el uso de colchonetas deslizantes especiales. Éstas permiten transportar al paciente con poco esfuerzo por parte del cuidador, incluso si el paciente tiene sobrepeso.

Loscolchones antidecúbito se recomiendan para todos los pacientes encamados crónicos antes de que se observen los primeros síntomas de decúbito. Su diseño específico reduce la presión y estimula la circulación sanguínea, previniendo activamente la formación de úlceras por presión y acelerando el proceso de curación de las ya existentes. Los colchones estáticos distribuyen el peso de la persona tumbada sobre una superficie lo más amplia posible, reduciendo así los puntos de presión, por ejemplo en la zona del sacro o los talones. Los colchones dinámicos, con presión cambiante, formados por dos o tres filas de cámaras llenas alternativamente de aire, proporcionan una presión variable sobre el cuerpo del paciente y favorecen el flujo sanguíneo a los tejidos (alternando la presión en distintos puntos).

La dieta de un paciente con escaras no debe carecer de proteínas completas, vitaminas y sales minerales. Estas proteínas garantizan la correcta regeneración de los tejidos dañados, reforzando la inmunidad general y local.