Los bebés amamantados tienen un mayor coeficiente intelectual, desarrollan mejores capacidades cognitivas y previenen la maloclusión. La leche materna tiene un efecto preventivo sobre la caries dental y el raquitismo. Las ventajas de la lactancia también se aplican a la madre del niño. Las mujeres que dan el pecho tienen un mejor posparto, se reduce el riesgo de hemorragia posparto y el aumento de oxitocina (durante la succión) acelera la contracción del útero. La lactancia permite una pérdida de peso más rápida y previene la obesidad.

También se ha observado una menor incidencia de cáncer de mama, útero y ovarios entre las madres que amamantan. Una mujer que da el pecho se siente realizada en su papel de madre, lo que reduce la incidencia de la depresión posparto. La hormona que regula la lactancia (prolactina) altera la psique de la mujer: tiene un efecto calmante, evoca sentimientos de afecto hacia el bebé y calma los estados de ánimo. La lactancia natural paga dividendos durante toda la vida: reduce el coste de los tratamientos médicos, las visitas al médico, la medicación y las bajas por enfermedad de los padres.

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La lactancia materna evita los costes asociados a la compra de leche modificada y accesorios artificiales para la alimentación. Además, "sabemos lo que estamos alimentando", no hay necesidad de preguntarse si la comida que le estamos dando al bebé es completamente segura y está libre de contaminación por la tecnología de producción. Una dieta sana para las mujeres (una dieta rica en verduras, fruta y minerales y vitaminas) es suficiente.

La lactancia materna también es cómoda y práctica, porque está al alcance de las madres en cualquier momento, en casa y de viaje. La comida es fresca, higiénica y, sobre todo, a la temperatura adecuada. Gracias a la comodidad de la lactancia, la mujer puede estar plenamente activa y disfrutar de la vida social, los viajes, etc. La leche materna también es ecológica: no produce envases innecesarios.