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La obesidad como símbolo

Dra. Monika Bąk-Sosnowska Departamento de Psicología SUM, Clínica Primodium de Katowice

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La obesidad como símbolo

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La autora analiza el simbolismo de la obesidad en diferentes contextos psicosociales.

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Conflictos internos
La comida se utiliza muy a menudo para expresar emociones. Incluso en una etapa temprana de la vida, un niño puede experimentar situaciones en las que los padres muestran interés, amor y aceptación a través de la alimentación. Esto ocurre, por ejemplo, cuando, debido a la sobrecarga de trabajo, a la falta de conocimientos o habilidades, o a sus propias dificultades emocionales, los padres no dedican a su hijo el tiempo y la atención suficientes, no le hablan, no le muestran afecto. En su lugar, compran dulces o preparan su plato favorito de vez en cuando. La comida se convierte entonces en un símbolo de emociones positivas. También en la edad adulta, las personas recurren a menudo a esta forma de afrontar sus sentimientos. Cuando, por ejemplo, sienten rabia, tristeza, miedo, alegría o simplemente aburrimiento, buscan espontáneamente algo de comer y sienten alivio. Esto se debe a que asocian un alimento en particular o la comida en general con ciertos recuerdos o experiencias, aunque a veces no son conscientes de ello en absoluto.
Especialmente cuando la sensación de hambre persiste, independientemente del alimento ingerido, merece la pena incluir la psicoterapia en el tratamiento de la obesidad. Algunas formas de la misma ayudan a acceder a experiencias internas, miedos, conflictos y a encontrar en ellos una fuerza positiva.
Relación entre cuerpo y psique
La experiencia vital permite a una persona reconocer ciertos síntomas, ya sean externos o procedentes del interior del cuerpo, y tratarlos adecuadamente. A veces, sin embargo, ciertos estados internos son tan similares que puede resultar difícil distinguirlos. Esto ocurre a veces en relación con la tensión psicofísica y el hambre. En ambos casos, la persona experimenta sensaciones corporales desagradables (por ejemplo, calambres intestinales, eructos abdominales, náuseas, temblores musculares, sensación de debilidad, frío, mareos, aumento del ritmo cardíaco). Si el niño no aprende pronto a distinguir y nombrar correctamente estas afecciones, puede empezar a reaccionar de forma inadecuada ante ellas, es decir, interpretar los síntomas de estrés como una señal de hambre. Esto dará lugar a que busque comida mucho más de lo que el cuerpo realmente necesita y, en consecuencia, a que coma en exceso y aumente de peso.
La ayuda psicológica y la psicoterapia son aconsejables en este caso para aprender a identificar los estímulos corporales y a reaccionar ante ellos adecuadamente. A este respecto, es especialmente importante aprender técnicas de relajación para aliviar el estrés.
Sistema familiar
El funcionamiento de la familia de la que procede una persona y la que establece tiene un enorme impacto no sólo en los sentimientos de felicidad y satisfacción, sino también en la salud mental y somática. Los psicólogos de la salud han descubierto que existe un tipo de familia en la que la enfermedad se convierte en una forma de comunicarse entre sí y de expresar los sentimientos. Llamaron a esta familia psicosomática y la describieron así enredo (relaciones extremadamente estrechas e intensas, a menudo intergeneracionales, por ejemplo entre el hijo y la madre), sobreprotección, rigidez, falta de resolución de conflictos, enredo de los hijos con los padres. Tales familias se caracterizan por una lealtad intensificada, que también se extiende en gran medida a la similitud del estilo de vida, la nutrición e incluso las actitudes hacia el propio cuerpo, o la similitud de los síntomas. En este caso, la obesidad se convierte en la etiqueta de la familia en cuestión, une a sus miembros y refuerza el sentimiento de unión. Intentar cambiar el propio peso puede crear un miedo inconsciente a la alteridad y, en consecuencia, el rechazo de la familia. Si se sospecha esto, en el tratamiento de la obesidad debe incluirse una terapia psicológica sistémica que implique a todos los miembros de la familia.