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Inflamación de los apéndices - causas, prevención, tratamiento

Katarzyna Kurek

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Inflamación de los apéndices - causas, prevención, tratamiento

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Mujer

Sin duda una de las enfermedades más importantes de los órganos femeninos es la inflamación de los apéndices (incluimos los ovarios y las trompas de Falopio), que en un 70% se presenta de forma asintomática o con dolor abdominal bajo, generalmente asociado a otras dolencias.

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Una de cada diez mujeres sufre apendicitis. Si no se trata, puede provocar infertilidad, lo que es especialmente importante en el grupo de mayor riesgo: las mujeres jóvenes y sexualmente activas de entre 16 y 24 años. Entre los comportamientos que favorecen la inflamación de los apéndices figuran tumbarse con el bañador mojado, llevar mallas finas o faldas cortas en invierno y llevar calzado mojado.

La infección se produce por vía ascendente o descendente. La vía ascendente es a través de la vagina, cuando la salida externa del canal cervical queda abierta. Esto ocurre en situaciones como la menstruación, el parto, el aborto espontáneo y ciertos procedimientos ginecológicos.

La vía descendente es a través de la sangre, cuando las bacterias se desplazan desde, por ejemplo, los dientes, las amígdalas o los senos paranasales hasta los ovarios. Por eso es tan importante tratar el catarro hasta el final y no permitir que se produzca una inflamación crónica de otros órganos.

Las bacterias que con más frecuencia provocan la inflamación de los apéndices son: estreptococos, estafilococos, clamidia y Escherichia coli, que penetran en la vagina durante, por ejemplo, las relaciones sexuales.

Las pruebas para confirmar plenamente la presencia de inflamación de los apéndices son un hemograma con un recuento elevado de leucocitos y un Eco vaginal.

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Los síntomas que aparecen en el curso de la enfermedad son: dolor sacro, dolor abdominal bajo de intensidad variable, fiebre, dolor durante las relaciones sexuales, flujo vaginal anormal (secreción), manchado entre periodos, micción frecuente y flatulencia. En caso de inflamación diagnosticada, se recomienda: tumbarse en la cama (remojo), abstenerse de mantener relaciones sexuales, baños calientes con sal, por ejemplo, sal de Bochnia. La base del tratamiento es una terapia antibiótica de unas dos semanas de duración.