Entre las muchas preguntas que pueden plantearse las pacientes infectadas por el VIH no sólo está la de la posible salud del bebé. El embarazo es un proceso increíblemente complicado, que somete a una gran tensión a cualquier organismo, incluso a uno sano. ¿Deberían, por tanto, las mujeres seropositivas al VIH temer la maternidad?
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