¿La hemorragia es siempre un síntoma alarmante? En el caso de las mujeres, no siempre es motivo de preocupación. Las hemorragias cíclicas en las mujeres ni siquiera son un síntoma, sino fisiología, que indica el funcionamiento normal del eje aparato reproductor-hipofisario-ovárico. Sin embargo, es importante ser conscientes de cuándo una hemorragia del tracto genital debe despertar nuestra vigilancia y remitirnos a la consulta de un ginecólogo. En el siguiente artículo se describen las causas más comunes de hemorragias anormales en las mujeres.
¿Cuándo debe considerarse anormal una hemorragia genital?
Para responder a esta pregunta, primero hay que preguntarse qué es una hemorragia normal en la mujer. Ciertamente, consideraremos que una hemorragia menstrual (menstruación) es una hemorragia normal. Una menstruación normal no debe durar menos de 3 días ni más de 7, debe producirse cada 25-35 días y la cantidad de sangre perdida debe oscilar entre 30-80 ml. Cualquier hemorragia que se produzca con cambios dentro de estos límites puede sugerir patología. El primer periodo menstrual de una niña debe producirse entre los 9 y los 16 años. Una edad más temprana puede asociarse a una pubertad precoz. La última menstruación, o menopausia, se produce entre los 49 y los 53 años (en Polonia la edad media es de 51 años).
Algunos términos ginecológicos relacionados con las anomalías hemorrágicas
Los ciclos demasiado cortos, que duran menos de 21 días, y que suelen ser no ovulatorios, se denominan polimenorrea. En cambio, la oligomenorrea (del latín oligo que significa poco), son ciclos largos, que duran más de 35 días, a menudo anovulatorios o con una segunda fase del ciclo prolongada. También se distingue el concepto de hipermenorrea, bajo el que se encuentran las menstruaciones abundantes con pérdidas de sangre de más de 100 ml, que pueden impedir el funcionamiento diario y a menudo incluso provocar anemia.
¿Las hemorragias en el embarazo son siempre motivo de preocupación?
Es importante recordar que las hemorragias en el embarazo pueden producirse, sobre todo en las primeras etapas. Son motivo de preocupación cuando son muy intensas y van acompañadas de dolor intenso, vómitos y malestar general. Si se sospecha un embarazo y se produce una hemorragia, es importante acudir a un ginecólogo o a un servicio de urgencias ginecológicas. En el peor de los casos, si se trata de una hemorragia directamente relacionada con el embarazo, es posible que tengamos que hacer frente a un desarrollo anormal del embrión, lo que provocaría un aborto espontáneo. Hablamos de aborto espontáneo cuando el embarazo finaliza de forma espontánea o artificial antes de las 22 semanas de gestación. Las causas más comunes de aborto espontáneo son las anomalías en el aparato genético del embrión en desarrollo, las anomalías en la fase lútea en la que la progesterona, la hormona responsable del curso normal del embarazo, desempeña un papel importante, la infección intrauterina y las anomalías en la formación de la placenta, que es la fuente de nutrición del feto.
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Embarazo ectópico
Un embarazo ectópico es cualquier implantación de un embrión fuera de la cavidad uterina. El correcto desarrollo del embrión depende de muchos factores, pero sin duda uno de los principales es la correcta implantación. La cavidad uterina se prepara en términos de estructura y composición para recibir al embrión que albergará durante los próximos nueve meses. Esta preparación permite la formación de la placenta y el crecimiento del feto. Si el óvulo fetal se coloca en un lugar que no reúne las condiciones adecuadas, su desarrollo no puede tener lugar correctamente. Además, puede suponer un riesgo para la salud de la madre. En caso de embarazo ectópico, la prueba de embarazo da positiva, puede haber manchado del tracto genital, dolor abdominal bajo y, en caso de rotura de la trompa de Falopio, dolor abdominal intenso y un estado grave de la paciente.