El S es un trastorno neurodegenerativo progresivo que tiene una base autoinmune. En la actualidad, la medicina es incapaz de definir con claridad los patomecanismos de esta enfermedad, así como los fármacos utilizados actualmente, sólo tienen un efecto inhibidor sobre la progresión de los síntomas. Sin embargo, se ha observado la influencia de las hormonas femeninas estrógeno y progesterona sobre el sistema inmunológico y, por tanto, su efecto sobre la S. Las investigaciones en curso aún deben confirmarse, pero constituyen un punto de partida para la búsqueda de nuevas opciones terapéuticas.
La esclerosis múltiple es un trastorno progresivo del sistema nervioso central, cuya patogénesis es extremadamente compleja. En el curso de la enfermedad, se observa inflamación, daño de la mielina y pérdida axonal. Los estudios experimentales realizados hasta la fecha, apuntan a un papel importante del modelo animal, a saber, la importancia de un sustrato autoinmune en el desarrollo de la inflamación. En la actualidad, sin embargo, los conocimientos médicos son demasiado escasos para explicar las causas subyacentes de la esclerosis múltiple; además, los fármacos utilizados actualmente en la terapia sólo inhiben la progresión de los síntomas neurológicos. Basándonos en estudios epidemiológicos, está claro que el género tiene un impacto significativo en la incidencia y el curso de la esclerosis múltiple. Numerosos datos demuestran el importante papel que desempeñan tanto el sexo como el embarazo como estímulo para el desarrollo de la investigación sobre el papel de las hormonas sexuales en el desarrollo de la esclerosis múltiple, así como la búsqueda de nuevas formas de terapia.
S
La esclerosis múltiple (latín: sclerosis multiplex, S; inglés: multiple sclerosis, EM) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva del sistema nervioso central (SNC) de base autoinmune. Los rasgos más característicos de la afección son la inflamación, el daño de la mielina y la pérdida axonal progresiva. Las personas de entre 20 y 40 años son el grupo con más probabilidades de desarrollar los primeros síntomas. Otros factores que contribuyen al desarrollo de la S, incluyen el sexo, ya que las observaciones muestran que las mujeres contraen la enfermedad con más frecuencia que los hombres. El curso y la progresión de la enfermedad también varían en función del sexo. Además, el curso del S, se ve influido significativamente por el embarazo, lo que ha contribuido directamente a los estudios que tratan de aclarar el papel de las hormonas sexuales en el desarrollo de la enfermedad.
El cuadro clínico del S
La división actualmente en vigor habla de una esclerosis múltiple remitente-recurrente (ERRM) y de una formaprogresiva.
La forma remitente-recurrente de la S (también conocida como recidivante-remitente o abreviada como recidivante-remitente), es la que se presenta con mayor frecuencia y afecta aproximadamente al 85% de los pacientes diagnosticados con la enfermedad.
La RREM se caracteriza por la aparición periódica de nuevos síntomas neurológicos o una exacerbación de los síntomas que ya estaban presentes. Los periodos de exacerbación suelen ser espontáneos con periodos de remisión intermedios, en los que los síntomas disminuyen significativamente o desaparecen por completo.
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La forma progresiva de la S puede aparecer al principio del curso de la enfermedad y entonces se denomina esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP), que afecta aproximadamente al 10% y se caracteriza por un aumento gradual de los síntomas. En el curso de la enfermedad también pueden aparecer déficits neurológicos después de mucho tiempo (incluso después de varios años).
En ambas formas, durante el curso de la enfermedad puede detectarse actividad o la ausencia de ésta, como demuestra la observación de nuevos signos neurológicos o cambios en la resonancia magnética. Un tipo especial de S es el síndrome clínicamente aislado (SCA), es decir, la aparición por primera vez en la vida de un paciente de síntomas neurológicamente asociados a un proceso desmielinizante o inflamatorio.