El MEP es una afección a la que se enfrentan muchas mujeres en edad reproductiva. Existen muchos estudios, tanto transversales como centrados en casos seleccionados, que apuntan a ciertos patrones asociados a la aparición de síntomas. Para realizar un diagnóstico deben cumplirse criterios estrictos. Existen varios enfoques terapéuticos que siguen un régimen específico. Además de la farmacología y la cirugía, también existen formas alternativas de tratamiento.
Terapias alternativas
También hay una serie de terapias alternativas, entre las que se incluyen la acupuntura, que ha sido aceptada como un método terapéutico eficaz, la suplementación con vitaminas del grupo B y vitamina D.
Además, se utiliza laterapia cognitivo-conductual para comprender el patrón de desarrollo de estos síntomas en la PEM cuando aparecen síntomas psicóticos.
Otro aspecto es el uso del tratamiento a base de hierbas como terapia complementaria. En la EMP, hierbas como la inmaculada y el ginkgo biloba son eficaces para aliviar los síntomas. La hierba de San Juan es eficaz para aliviar los síntomas psicóticos al promover la secreción de serotonina, pero en este caso debe tenerse precaución en su uso. La raíz de regaliz también tiene un efecto positivo en el alivio de los síntomas de la EMP, por su acción similar a la de los corticosteroides.
Además, puede ser necesario un aumento de la actividad física, así como un cambio en la dieta, para aliviar los síntomas del MEP.
Tratamiento quirúrgico
La extirpación del útero y los anexos es la forma definitiva de tratamiento del MEP y sólo debe utilizarse cuando se hayan agotado todas las demás opciones terapéuticas. Está dirigida a un grupo específico de mujeres y sólo en casos justificados.
Tratamiento psiquiátrico
En algunos casos, las pacientes que sufren de MEP, se enfrentan a quejas psicológicas muy fuertes. Se observan mejoras en el estado de las pacientes tras el uso de fármacos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina. Esto tiene un efecto positivo tanto en el alivio de los síntomas somáticos como psicológicos. Si se requiere una terapia a largo plazo, se recomienda reducir gradualmente la dosis para retirar el tratamiento. [1]