El cuerpo de toda mujer cambia después del embarazo. Estrías, piel estirada en el abdomen, adelgazamiento del vello y kilos no deseados aquí y allá: se podría seguir así durante mucho tiempo. Sin embargo, hay ciertos "efectos secundarios" de los que las madres recién embarazadas se avergüenzan de hablar. ¿Por qué? Porque afectan a sus zonas íntimas. Algunos de los problemas desaparecen con el tiempo, pero otros también pueden tratarse y recuperar su buena forma. La ginecología estética ayuda. Cada vez son más las mujeres que la aprovechan, lo que demuestra que es un tema importante del que se debe hablar sin vergüenza.
Publicidad: